Así como la historia de nuestro país nos ha dado grandes figuras en todos los rubros, también dejó en la memoria popular numerosos criminales que se caracterizaron por la crueldad de su accionar. María de las Mercedes Bolla Aponte de Murano, más conocida como Yiya Murano, sin dudas pertenece a esa nómina.

Una de las cosas que más sorprende sobre este triple asesinato cometido en 1979 es que sus víctimas fueron nada menos que tres de sus mejores amigas.
Los hechos tuvieron lugar en los primeros meses de aquel año, cuando Nilda Gamba (11 de febrero), Lelia Formisano de Ayala (19 o 22 de febrero) y Carmen Zulema “Mema” del Giorgio Venturini (24 de marzo) murieron después de consumir té o masas que contenían cianuro. Murano les había servido aquella merienda mortal para tapar una estafa.
La asesina se dedicaba a hacer préstamos informales. A estas mujeres las convenció de invertir en su “negocio”, prometiéndoles duplicar sus ahorros a través de “contactos” -inexistentes- que tenía con la dictadura militar. La deuda que tenía con estas amigas era equivalente a unos USD 300 000. Al verse acorralada y sin posibilidad de devolver ese dinero, decidió matarlas.
Una vez que las envenenaba, se quedaba junto a las víctimas mientras agonizaban, cerciorándose de su muerte. Ya en los velorios su fingido dolor era tal que así lograba manipular al círculo que la rodeaba.
La sospecha y la justicia
Como las tres muertes se dieron en el lapso de tres meses y todas tenían como factor común la amistad con Yiya y el asunto económico, las familias manifestaron su sospecha. Así, la autopsia a una de las víctimas, arrojó que tenía cianuro en el cuerpo.
La policía la detuvo el 27 de abril de 1979 en su departamento de la calle México, tras encontrar frascos sospechosos de cianuro y pagarés entre sus pertenencias. El juicio en 1985 la condenó definitivamente a prisión perpetua por los tres homicidios, tras una apelación que revirtió una absolución previa en 1982.
Cumplió 16 años de prisión gracias a beneficios legales —incluyendo el polémico “dos por uno”— y fue liberada el 20 de noviembre de 1995.
En una entrevista reciente con Migue Granados, el hijo de Murano, Martín, aseguró que su madre había intentado envenenarlo cuando era niño. Asimismo, se especula que pudo haber más víctimas, como por ejemplo un matrimonio endeudado con ella, pero no se logró demostrar judicialmente.
“La envenenadora de Monserrat” murió en un geriátrico de Belgrano el 26 de abril de 2014.
La historia de Yiya, en la pantalla
La primera vez que se recreó la historia de Yiya Murano en la ficción fue en 2006 con el episodio de Mujeres Asesinas protagonizado por Nacha Guevara. En 2016, Karina K llevó adelante en el teatro el musical “Yiya”.

Actualmente, se preparan dos producciones que darán que habalr. Por un lado, una nueva serie de cinco episodios producida por Flow, Kuarzo e Idealismo Contenidos, protagonizada por Julieta Zylberberg (Yiya joven) y Cristina Banegas (Yiya mayor), bajo la dirección de Mariano Hueter y guion de Marcos Carnevale.
Además, Netflix prepara un documental —dirigido por Alejandro Hartmann— que se estrenará en el segundo semestre de 2025, y promete incluir entrevistas exclusivas, testimonios impactantes (incluido el del hijo Martín Murano) y una revisión rigurosa del caso.