Dos policías habían sido detenidos tras darse a conocer que eran los principales sospechosos en la causa de Gabriel Guzmán, el joven de 20 años que fue asesinado de un tiro en la cabeza mientras se "ejecutaba un tiroteo" en Paraná. Luego de las investigaciones, los efectivos quedaron liberados y los vecinos que se encontraban en el lugar, aplaudieron el momento de su salida.
Gustavo Maslein, el jefe de Policía de Entre Ríos, celebró la liberación de Diego Ibalo (39) y Rodrigo Molina (29), los dos sospechosos de la muerte de Guzmán, y comentó que "se tiró abajo todo lo que habló de gatillo fácil", y agregó: "me llena de orgullo que me hayan pedido volver a trabajar en la patrulla".
El mismo confirmó a El Once, que los funcionarios que estaban catalogados como sospechosos, volverán a trabajar en el mismo lugar puesto que tenían anteriormente, sin embargo una de las restricciones será no poder acercarse a los familiares del fallecido.
Por otra parte, al momento de la liberación de los efectivos policiales, se hizo presenta gran parte de la comunidad policial y vecinos incluidos, por lo que Maslein confirmó: "somos una gran familia. Cuando pasan estas cosas somos muy unidos".
Luego también habló sobre las hipótesis que circulaban sobre los detenidos y declarí que a ellos les dolió mucho el hecho de haber dudado de sus compañeros. "Quedó acreditado que fue una legítima defensa, porque estuvo en peligro la vida de los policías. El arma del fallecido tenía tres vainas percutas, mientras que uno de nuestros efectuó dos disparos".
El funcionario terminó su relato agregando que "ellos no son delincuentes, son funcionarios policiales que trabajaban por las armonía de un barrio".