Domingo Roberto D. S de 55 años se abstuvo de declarar en la causa que lo tiene como principal sospechoso de la muerte de Lucía Mabel Sliboda (50), la cual era esposa y madre de sus tres hijos en la noche del 3 de noviembre de 2020.
El acusado en un primer momento dijo que Lucía se había quitado la vida de una puñalada que ella misma se infligió en un incontrolable ataque de celos. Sin embargo este jueves fue detenido bajo la firme sospecha de que habrían sido las manos del imputado que empuñaron el cuchillo que terminó con la vida de la mujer.
El hombre enfrenta la posibilidad de recibir una condena de prisión perpetua, y es la familia de la víctima impulsa en calidad de querellante la causa en calidad de femicidio.
Domingo Roberto fue llevado a declarar al Juzgado de Instrucción Tres de San Vicente ayer por la tarde, donde se abstuvo de dar su versión de los hechos. El hombre fue imputado por homicidio agravado por el vínculo.
El caso
La muerte de Lucía se investigó desde un principio como muerte dudosa, y según las declaraciones en calidad de testigo, el acusado había asegurado que la mujer se había quitado la vida, sin embargo por una serie de actitudes displicentes y comentarios del hombre, tanto antes como después del hecho, hicieron dudar a familiares directos de la víctima dejaron de creer en esta versión y avanzaron detrás de la verdad.
Mediante el acompañamiento del abogado Enrique Maier se constituyeron como querellantes y a finales de junio reunieron las pruebas necesarias para afirmar que se trató de un asesinato, y en consecuencia pidieron la inmediata detención de Roberto, además de su imputación por el delito de femicidio, lo que finalmente ocurrió a instancias del titular del Juzgado de Instrucción 3 de San Vicente, Gerardo Casco.
Presentaron elementos que rebatieron cada uno de los aspectos clave declarados por el acusado en relación al estado de salud mental de Lucía, también las filmaciones de las cámaras de seguridad de la casa que llamativamente fueron borradas, también la escena del crimen, el cual no coincide con la mecánica del apuñalamiento en la cocina y a la sangre diseminada que negó haber limpiado, pero la pericia de luminol confirmó.
Además, se sumó un comentario que hizo Lucía aparentemente, cuando era trasladada en ambulancia en grave estado, cuando un policía conocido le preguntó qué pasó, según este, la mujer dijo “Preguntale a Roberto, él sabe bien qué pasó”.
Sin embargo, la mujer no habló más, ni acusó, solamente reveló que el hombre tenía una relación paralela.
Tuvieron en cuenta las actitudes del sospechoso luego de la muerte de la mujer, ya que desde ese momento Roberto se comportó con una tranquilidad pasmosa para alguien que enfrenta la muerte de un ser querido.
Según la investigación particular también detectó indicios de violencia psicológica que ejercía el hombre sobre la víctima, como anotaciones que ella tenía que cumplir como “no molestar cuando está con el teléfono”, “buscar temas interesantes para charlar”, “no opinar sobre temas que él sabe”.
Según cercanos, la víctima empezó a tener ayuda psicológica y estaba dispuesta a ponerle un punto final a su vida matrimonial.
Otro de los puntos estremecedores de la trama es que horas antes del ataque el sospechoso averiguó con su cuñado datos de una aseguradora que lo tendría como beneficiario.