Ayer murió Ivana Rosales, quien sobrevivió a un intento de femicidio en 2002 y que desde entonces reclamó al Estado por la creación de refugios para víctimas de violencia de género.
Rosales sobrevivió a dos intentos de homicidios consecutivos a manos de su ex pareja, Mario Garoglio. Tras reponerse, dedicó su vida a luchar para tratar de evitar que otros mujeres vivieran lo mismo. Los ataques ocurrieron en abril de 2002, cuando Gargoglio intentó matarla dos veces en el mismo día: la ahorcó con un alambre y, como seguía viva, la golpeó con una piedra en la cabeza. Luego, la encerró en el baúl de un auto y se fue convencido de que estaba muerta, pero la mujer sobrevivió.
Ivana, de 41 años, era un símbolo y un emblema de las víctimas de violencia de género en Neuquén. A su ex marido, Mario Garoglio, lo condenaron a apenas 5 años de cárcel. Además se fugó, nunca lo buscaron, y la causa prescribió sin que cumpliera un solo día en la cárcel. Por ese motivo el caso también es una mancha en la historia judicial neuquina.
A Garoglio también lo condenaron por el abuso de las hijas que tenía en común con Ivana. Una de ellas, Maica, se suicidó años atrás siendo adolescente.
Su lucha contra la violencia de género, su apoyo a las organizaciones feministas, la convirtieron en una referente en la región.
El Gobierno decretó un día de duelo provincial en honor a la memoria de Ivana Rosales. Durante la vigencia del duelo las banderas nacional y provincial permanecerán izadas a media asta en los edificios públicos.