El domingo pasado Nicolás Agustín Chacón Giménez defendió la camiseta del Atlético Argentino y metió un gancho noqueador en la final del Clausura de la Liga Mendocina de Fútbol contra Fadep. Convirtió el gol de la victoria y dio la vuelta de campeón. En la tribuna, el orgulloso papá Pablo, campeón mundial y medallista olímpico en boxeo.
La familia entera estuvo expectante. Pablo, mamá Verónica y hermana Brisa estuvieron en la tribuna de Andes Talleres, al borde de las lágrimas por la emoción y orgullo cuando el jugador formado en Huracán Las Heras, se consagró en la Academia, siendo parte de la historia de un club, tras quebrar 27 años de sequía sin poder consagrarse campeón.
Nicolás es defensor desde hace cuatro años, ya que gran parte de su trayectoria fue “9″. Según contó a Vía Mendoza, “fue mi anterior entrenador Sebastián Cloquell quien me probó en ese puesto, y me sentí muy cómodo”.
-¿Lo tuyo es atacar y defender?
-Sí (sonríe). Imposible que el boxeo no se aplique en mi vida.
-¿Por qué elegiste el fútbol?
-Pablo (pidió la palabra): Él se inicio a los 8 años en Huracán hasta los 14. Después se fue a Gimnasia, en Toledo de España (una temporada), Peñarol de Montevideo (seis meses), Universitario, volvió a Huracán y después Atlético Argentino.
-¿Y cómo se dio la oportunidad de jugar en el exterior?
-Por el manager de mi papá, el “Negro” Riveros. Estuve una temporada en reserva, me fue bien, pero por demoras de papeles no pude continuar. Cuando llegué acá me lesioné la rodilla y tuve que operarme y estar cuatro meses parado. Después tuve otra oportunidad en Uruguay, y allá no me fue como quería.
-¿Cómo llegaste al Atlético Argentino?
-Empecé semanas antes de la Pandemia. Un poco por contacto con mi viejo, y porque me convenció la idea del club y el proyecto de salir campeón.
-¿Por qué le dijiste ‘No’ al boxeo?
-Me gusta tanto como el fútbol. Pero de chico me fui más para el lado de la pelota, en vez de los guantes.
-Con la guardia en alto en la cancha, siempre.
-Sí, seguro. Aunque me gusta proyectarme, aportar al ataque.
-¿Tenés algún referentes en el deporte o que te sientas identificado?
-No me siento identificado con ninguno. Pero sí, mis referentes deportivos son mi papá y Messi.
Con la humildad que lo caracteriza, Pablo sonrió con cierta emoción por las palabras de su hijo. Porque dejando de lado tantos recuerdos en el ring, en esta nota habló como papá.
Ese “Relámpago” (como lo llamaban en el ámbito del boxeo), que se consagró en peso pluma en la OMB e hizo podio en Atenas 1996, escuchó y a veces acotó, porque simplemente “acá el protagonista es él. No quiero quedar como figureti”, dijo.
Y consideró que “no está tan bueno que él sea, por ser mi hijo. Quiero que se despegue del ‘hijo de’. Sus logros son absolutamente mérito de él. Él está haciendo su carrera y trazando su camino. Soy un fanático de él y lo apoyo en cada decisión”, sostuvo el campeón que llegó a 61 peleas, 54 ganadas (37 por KO) y 7 derrotas.
Una pasión compartida entre los Chacón
Entre deportistas que admira Nicolás también mencionó a Manny Pacquiao, Floyd Mayweather. Porque “en casa se ve fútbol de día y de noche boxeo”, según contaron padre e hijo.
“Él ve más boxeo que yo”, explicó Pablo. “Conoce a más boxeadores del mundo que yo, porque me aburro ver boxeo si la pelea no es buena. En cambio, él no se pierde una. Cuando tengo que buscar referencias de algún rival de mis boxeadores, tengo a dos persona a los que consulto: a él (por Nico) y Armando Andrada (profe), porque se ven todo y se los conocen a todos”, aseguró Pablo, quien es entrenador y tiene su gimnasio en calle Molinero Tejeda de Las Heras.
Y agregó: “Lo raro es que sí me gusta ver fútbol pero no lo jugué ni entiendo mucho. Siempre fui una piedra para jugar (risas). Y la vez que me metí fue para organizar un partido entre amigos, invité a Nico y terminó lesionado. Por eso fue también que no pudo volver a España y siempre me quedó la culpa”.
-¿Sos de darle consejos?
-Si me pide algún consejo, se lo doy pero desde la motivación para lograr vencer esa barrera del miedo escénico, los nervios y la ansiedad, que después se logra con la experiencia. Que para hacerlo hay que tener una cuota de irresponsabilidad, o mejor dicho, de audacia para competir como hizo el domingo en el partido, de agarrar la pelota para patear el penal de la final.
Las metas de Nicolás, a corto y largo plazo en el fútbol
Nicolás apostó a ser futbolista. Pese a los esfuerzos de su mamá Verónica para incentivarlo a que siga una carrera universitaria, él prefirió ir por su sueño de ser jugador e intentar llegar lo más lejos posible, buscando -como muchos- fichar para un clubes importante.
Sin embargo, a corto plazo, su plan es “seguir entrenando como este año, un gran año donde Argentino pudo cumplir el objetivo de salir campeón. En temporadas anteriores estuvimos muy cerca, y este año se dio. Este domingo, queda otra final, la anual y comenzamos a prepararnos para eso”, dijo.
Y a largo plazo, “seguir una carrera vinculada al deporte, que si bien aún no decido, me gustaría ser Preparador Físico”, confió, para la tranquilidad de mamá.
Una familia destinada al boxeo y al fútbol
Pablo y Nico no son los únicos deportistas famosos en la familia. Javier, el hermano menor de Pablo tuvo desempeños importantes en el ring, y actualmente tiene un gimnasio en el barrio Martino donde sus hijas (de 19 y 10 años) también practican boxeo. Luciano, hijo del hermano del medio “Quique”, también es profesional y tiene peleas en su haber.
Pero además, por el lado de los Giménez, el fútbol predomina. El cuñado de Pablo y tío de Nico, Brian Giménez juega en el Deportivo Algarrobal y Aaron Agüero (sobrino de Verónica) es parte del plantel del Deportivo Maipú que jugó la final de la Primera Nacional.
“Siempre apoyamos y alentamos a la generación que viene para que entrene y practique el deporte que elija. El deporte es fundamental en la vida”, consideró Pablo.
Objetivos para el 2024
“Si el sueña, soñamos con él. Lo apoyaremos hasta que Dios diga, en las buenas y en las malas. Esperando que tenga esa cuota de suerte que siempre se necesita, pero estamos confiados porque es muy profesional, le gusta entrenar y eso es importante”, dijo Pablo.
En tanto que Nicolás concluyó: “Ganar el domingo, y para el 2024, que sea un año de muchos objetivos cumplidos”.