El Tribunal de Disciplina de la AFA resolvió este viernes sancionar al club Gimnasia y Esgrima por los incidentes ocurridos el pasado 5 de noviembre, durante el encuentro frente a Estudiantes de Caseros, por las semifinales de la Primera Nacional.
Según el Boletín 6198, emitido este viernes, expediente 90836, se le impuso a la institución una multa correspondiente a 900 entradas (300 por el término de tres fechas), según el artículo 80 del reglamento de disciplina que refiere “proyectil impacta a árbitro asistente”. La misma equivale a un valor de $1.350.000.
Ante esto, la institución Blanquinegra posteó en su cuenta de Facebook la “mala” noticia para la economía mensana, remarcando que “los severos perjuicios derivados de las sanciones y la multa económica que también perjudica considerablemente al club”, por la cual “opaca el esfuerzo de muchos socios que mes a mes colaboran con su cuota en nuestra institución”.
Al finalizar, se comenta que “el fútbol es una fiesta y la tenemos que disfrutar como tal”. Y se puso acento en la “No a la violencia” y en “Gimnasia es Familia”.
Cuál fue el hecho violento que decantó en una fuerte sanción
Ocurrió en la semifinal (en play off) por el segundo ascenso a la Primera Profesional. Y luego de perder por 1 a 0 en el partido de ida desarrollado en Buenos Aires, el Lobo cayó por idéntico marcador en el partido revancha, en el Víctor Legrotaglie.
En tiempo de descuento, el árbitro Pablo Dóvalo decidió finalizar el partido porque desde las tribunas comenzaron a volar todo tipo de proyectiles.
Sobre el final del partido, Alan Cantero marcó el 1 a 0 que liquidó la serie y que desató la furia de los hinchas del Lobo: primero fue en la platea, por el grito de un relator de radio visitante asomándose desde las cabinas. Y segundo, en la popular donde empezaron a tirar proyectiles y hasta bombas de estruendo que obligaron a interrumpir el partido unos minutos.
Dóvalo intentó reanudar el partido pero le fue imposible, ya que un proyectil impactó en la cabeza del asistente número 2, Rubén Bustos. Y por indicación de la misma Policía, de no poder contener a los violentos ni dar garantías suficientes, el árbitro suspendió el partido.