Hay muchos niños que, por la situación económica que les toca vivir en casa, no pueden disfrutar de un festejo de cumpleaños. Parece frívolo, pero la falta de una torta, pelotero o regalo en un niño que no entiende la realidad que le toca vivir, puede afectar su crecimiento emocional y psicológico.
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A raíz de esta problemática nace el Pelotero Callejero, una propuesta organizada por la Fundación El Camino, que busca ir a los barrios más vulnerables de Mendoza para festejar el cumpleaños de los más pequeños.
La dinámica comenzó en el 2019, donde se realizaban festejos todos los meses, recorriendo barrios de toda la provincia. Sin embargo, la pandemia frenó esta actividad. Luego de meses de larga espera, gracias a los protocolos sanitarios provinciales recientemente aprobados, pudieron realizar un festejo este sábado pasado en el predio del destacamento policial de Cachueta.
A pedido de los vecinos y en conjunto con la Unión Vecinal de la zona y la Asociación de Comercios de Cacheuta, la Fundación El Camino pudo realizar un festejo del día del niño y cumpleaños fusionado para los pequeños de Cacheuta, Potrerillos y Blanco Encalada.
Un encuentro esperado
Luego de tantos meses de inactividad, desde la organización quisieron tirar la casa por la ventana, para que estos chicos pudieran disfrutar a pleno. “Fue un tiempo muy especial que se pudo disfrutar ahí en el corazón de Cachueta”, expresó el presidente de la fundación, Esteban Morales, a Vía Mendoza.
El Pelotero Callejero no solamente es un show para los niños y sus familias, sino que es todo un festejo que tiene diferentes sectores en la que los niños pueden jugar. Hay títeres, espacio de arte, pintura facial y cortes de pelo solidarios. Además, cada chico se lleva un regalo.
“Muchísimos niños pudieron acercarse a pesar del tiempo y disfrutar de las casi 6 horas de festejo”, comentó el presidente, refriéndose al mal pronóstico del tiempo que había para el sábado pasado.
Desde la organización señalaron que los protocolos sanitarios estaban presentes, ya que todas las actividades se desarrollaban en burbujas, según edad y cantidades de niños. “Como siempre la fundación toma todas las medidas pedidas y muchas más”, detalló Esteban, contando que también tenían un puesto de enfermería por cualquier eventualidad.
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La fundación está ansiosa de seguir desarrollando sus festejos, y esperan que la situación sanitaria acompañe sus deseos. La organización es una social que siempre está a disposición de la sociedad, con programas de prevención a las drogas como Talento SIN Drogas y el manejo del Albergue El Camino.
