El chocolate forma parte de nuestras vidas y es que es uno de los dulces más consumidos del mundo. Lo podemos encontrar en un montón de preparaciones, ya sea en tabletas, bombones y unas decenas de postres. Es por eso que este tiene su propio día internacional para festejarlo: el 13 de septiembre. En Mendoza, Johanna Siudmak creó y salió adelante con Las Tiburcias.
Cada 13 de septiembre se celebra el día Internacional del Chocolate en honor al nacimiento del escritor de “Charlie y la Fábrica de Chocolates”, Roald Dahl. Además esta misma fecha coincide con el nacimiento de Milton Hershey, fundador de The Hershey Chocolate Company.
Un emprendimiento mendocino que apuesta a la producción de chocolate
Johanna Siudmak es una mendocina que decidió apostar por este rubro combinando su pasión y ganas de crecer para crear un emprendimiento chocolatero: Las Tiburcias. La alegría y el optimismo caracterizan a mujer que decidión apostarlo todo para cumplir sus sueños.
Las Tiburcias es un laboratorio de chocolate. Hacen bombones, tabletas, barras, grageas, paletas, lajas y cualquier producto que sea 100% chocolate. Experimentan con nuevos sabores y combinaciones que no se conocen en Mendoza.
“Las Tiburcias surge con la idea de tener algo propio y poder dedicarme a lo que había estudiado. Después de trabajar para otra empresa haciendo chocolates, decidí abrirme y comenzar en febrero de 2019 mi propia marca, con chocolates que en ese momento nadie trabajaba en la provincia”, le contó Johanna Siudmak a Vía País.
La chocolatera puso el foco en cuáles fueron los desafíos más grandes que ha atravesado en este camino y contó que conseguir los insumos, la materia prima y las capacitaciones con profesionales de acá han sido de lo más complicado por el contexto del país. “En cuanto al público mendocino aún cuesta que se animen a probar sabores nuevos y fuera de lo común”.
La pasión caracteriza a esta gastronómica cuando define a su trabajo como una de las razones de su vida. ”Las Tiburcias soy yo y mi familia que me acompaña en esto desde el principio. Es poder transmitir la felicidad y el amor que tengo por el chocolate y que otros lo disfruten y les genere la misma emoción al probar nuestros productos”.
Esta emprendedora no deja de proyectarse en Mendoza y sueña con poder tener una fábrica para recibir a la gente y que vea todo el proceso. Además agregó que espera poder algún día hacer su propio chocolate, desde el grano de cacao y algún día abrir una escuela de chocolatería en la provincia.
Emprender es un camino que conectó su pasión en la vida para dedicarse a ello. Johanna dice que toda aquella que se anime a este negocio debe capacitarse mucho: “Le diría que tenga un objetivo claro, que la competencia no la vea como tal, sino que los vea como colegas y pueda hacer vínculos con ellos. Que tenga en claro su diferencial y que todo lo que haga sea con mucho amor, que eso se nota en el resultado. Y que cualquier duda que tenga, acá estoy para ayudarla”.