Pocha y Guillermina, las elefantas del Ecoparque en Mendoza, partieron rumbo al santuario en Brasil el sábado por la tarde y la gente también las despidió.
Automovilistas, motociclistas y vecinos se colocaron a la vera del camino para contemplar el paso de los camiones con los inmensos contenedores en los que viajan las elefantas.
El traslado de los animales se produce luego de un proceso de adaptación de dos años. Para llegar a destino, el Santuario Natural de Elefantes en Mato Grosso, recorrerán 3.600 kilómetros en cinco días.
Las elefantas, madre e hija, se despidieron de la provincia con el afecto y la curiosidad de los mendocinos.
Ahroa resta que Tamy, el padre de Guillermina, otro de los elefantes africanos que vive en el Ecoparque, sea trasladado también al santuario brasileño junto con Kenya.
El santuario
SEB es una organización sin fines de lucro que ayuda a transformar las vidas y el futuro de los elefantes cautivos en América del Sur. Su origen se remonta a 2012, a partir de la alianza internacional entre Elephant Voices y Scott Blais, cofundador de The Elephant Sanctuary en Tennessee, EEUU. Esta alianza dio lugar a Global Sanctuary for Elephants, que en 2013 sienta las bases de la Asociación SEB en suelo brasileño.
El destino de las elefantas obtuvo la habilitación de operación por parte del Gobierno brasileño en 2018 y recientemente, certificó estándares de excelencia por parte de The Global Federation of Animal Sanctuaries, convirtiéndose en la única institución latinoamericana con este prestigioso aval.
El santuario presenta un bioma apropiado para la especie, posee recintos completamente naturales disponiendo de matorrales y áreas abiertas cubiertas de vegetación. Cada recinto tiene dimensiones muy amplias (entre 40 y 400 hectáreas cada uno). Allí, se les proveen dietas excepcionales a los animales y tienen atención veterinaria de alta calidad.