La práctica de estimulación hidráulica -conocida como fracking en la industria petrolera- para la explotación de hidrocarburos no convencionales genera una división en la sociedad mendocina entre los que están a favor y los que están en contra.
El gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, criticó días atrás a quienes "mienten y meten miedo a la ciudadanía" con este tema. "Nuestra provincia no puede perder la oportunidad de explotar el petróleo no convencional" y resaltó que "la única posibilidad que existe es explotar Vaca Muerta desde Malargüe",
El mandatario destacó que el aprovechamiento de los recursos significaría "un ingreso de regalías muy superior para Mendoza que viene en caída en los últimos 5 años", y remarcó que la estimulación hidráulica "se hace en la provincia desde hace 60 años".
Cornejo agregó que el decreto publicado en marzo que regula la actividad en la provincia establece "un protocolo de funcionamiento para que esta práctica se haga con una técnica que preserve el medio ambiente y que no produzca inconvenientes sobre el agua".
"Decir que la estimulación hidráulica porque se aplique en Malargüe va a producir temblores o terremotos sobre Mendoza es una cosa que no resiste el más mínimo análisis técnico y es mentirle y meterle miedo a la ciudadanía", afirmó.
Las declaraciones de Cornejo se dan tras la viralización de un audio por el servicio de mensajería de WhatsApp que denuncia que "Mendoza es un pueblo sacrificable" tras alertar sobre las posibles consecuencias medioambientales por fracking.
La directora de Protección Ambiental, Myriam Skalany, grabó otro audio para revocar "la idea oscurantista" del viralizado en las redes en el que subrayó que "la técnica de fractura hidráulica no implica el uso de explosivos, no implica la disolución de la roca, ni utiliza un cóctel de 600 químicos altamente tóxicos".
"No genera temblores ni sismos, no genera 'ríos subterráneos de contaminantes', no genera emisiones excesivas hacia la atmósfera y no se utilizan excesivos volúmenes de agua", agregó, entre otros puntos, la ingeniera química.
Un capítulo de Los Simpson muestra todo lo contrario.