En la audiencia de prisión preventiva que la tuvo sentada en el banquillo de los acusados, Julieta Silva le pidió perdón a la familia de Genaro Fortunato y sostuvo que "no lo vio" y que "pagará por el accidente" si tiene que hacerlo.
Además, tras la exposición de todas las partes, Silva tomó la palabra y le pidió disculpas a los padres de Genaro, se quebró al recordar a sus dos hijos, a quienes "extraña mucho".
El juez Pablo Peñasco confirmó su prisión preventiva y determinó que continúe alojada en el penal de San Rafael. La fiscal Andrea
La fiscal Andrea Rossi también cuestionó la actitud de Silva durante el proceso. "Se mostró fría; no siente angustia, ni culpa. Nunca lloró, ni dijo amarlo. Sólo se quebró cuando se enteró sobre su situación procesal", manifestó.
La fiscal también se refirió al riesgo procesal y solicitó que Silva continúe detenida en prisión. "Existe el riesgo de fuga; tiene los medios para hacerlo, porque tiene parientes en la Patagonia y en San Luis", argumentó Rossi y completó su alegato refiriéndose a la pericia psiquiátrica que le realizaron a Silva, donde los profesionales sugirieron no hacer lugar al arresto domiciliario, a pesar de que es madre de dos niños pequeños.
La defensa de Silva, a cargo de Florencia Garciarena, aseguró que "se trató de un homicidio culposo" y justificó su apreciación recordando las dificultades visuales de su defendida (padece astigmatismo en grado 3), la lluvia que caía la noche del accidente y la falta de iluminación artificial a lo largo de 116 metros frente al bar "Mona".