Desde que se decretó el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO), el pasado 20 de marzo, los internos de las cárceles de Mendoza no recibían visitas. No obstante, comenzaron las "pruebas piloto" y, respetando los protocolos sanitarios correspondientes, ya se iniciaron los primeros ingresos de familiares.
En la provincia actualmente hay, casi 5 mil personas -más precisamente. 4.847- privadas de la libertad en los 18 establecimientos penitenciarios (Complejos, Unidades y Alcaidías) para el alojamiento permanente o transitorio.
Ya se habían hecho estas pruebas en la Unidad 3 del Penal de Mujeres de El Borbollón y, el pasado fin de semana, se realizaron en el "Pabellón 1" de todos los centros penitenciarios. "Las pruebas piloto ya están en marcha respetando las normas de bioseguridad. Por ejemplo, los visitantes pasan por estaciones de sanitización antes de ingresar, el encuentro es en un espacio abierto y sólo se permite a un visitante por interno siempre y cuando sea mayor de 18 y menor de 65 años y las mujeres embarazadas no pueden entrar, tampoco pueden hacerlo niños/as", explicaron a Sitio Andino fuentes penitenciarias.
"Además, se capacitó a las personas privadas de la libertad para que durante los encuentros eviten el contacto físico, mantengan la distancia establecida, no compartan vasos, mate ni otros utensilios. Son puntos fundamentales teniendo en cuenta que en el sistema ya no tenemos casos nuevos de coronavirus. Con covid-19 sólo quedan dos internos alojados en Almafuerte II y ambos están transcurriendo la enfermedad sin inconvenientes. En resumen, de a poco, han regresado las visitas", agregaron.
Tras las pruebas en el Pabellón 1, ahora continuarán por el 2, 3 y así, sucesivamente. Avanzan con uno a la vez debido a que hay complejos que alojan a más personas que otros. Para las autoridades penitenciarias, la clave ha sido el buen comportamiento de los internos y del personal que trabaja en las unidades.
"Ambas partes fueron comprensivas y todo se viene desarrollando con tranquilidad no como ocurrió, por ejemplo, en las cárceles de Buenos Aires donde hubo motines y conflicto. El único inconveniente que tuvimos fue al inicio de la pandemia cuando reclamaron sobre los techos pero nada más, luego el comportamiento ha sido excelente", indicaron.
Y concluyeron: "Mendoza ha trabajado muy bien. Desde el comienzo se determinó un lugar para que quienes ingresaran pudieran hacer cuarentena, también se dispusieron lugares específicos para cumplir el aislamiento en caso de contagio y estuvimos 5 meses sin casos hasta que se registró el primero. Actualmente, sólo hay dos personas con coronavirus. Hubo un trabajo grande, no sólo del personal penitenciario sino también de las personas privadas de la libertad, que ha tenido paciencia, pensemos que a diferencia de los que tenemos una rutina de vida con actividades distintas, ellos están privados de la libertad por lo que recibir visitas es fundamental". Fuente Sitio Andino