En 1966, la Fuerza Aerea Argentina pidió desarrollar un avión diseñado para la lucha contraguerrilla. El proyecto estuvo a cargo de la Fabrica Militar de Aviones (FMA) y tomó el nombre Pucará de las antiguas fortificaciones de piedra erigidas en lo alto de las colinas por los pueblos originarios, en la práctica indestructibles por asaltos directos.
El primer prototipo voló el 20 de agosto de 1969 con dos turbohélices Garret estadounidenses. Las primeras entregas empezaron en 1976, pero debido a falta de presupuesto e instalaciones, el proyecto fue retrasado.
En la primavera de 1976, se iniciaron las entregas al 2° Escuadrón de Exploración y Ataque de la III Brigada, con asiento en Reconquista. El avión fue concebido para poder volar con un solo motor y sufrir varios tipos de daños en combate. La parte inferior de la cabina está blindada contra impactos de fusil, desde una distancia de 150 metros; el parabrisas es prueba de balas y los mandos están duplicados. Sus requerimientos de mantenimiento son mínimos y puede operar desde pistas no preparadas.
El IA 58 Pucará es una leyenda mundial y hasta los ingleses, que lo padecieron en la Guerra de Malvinas, han hecho reconocimientos por la versatilidad y nobleza del avión.
"La aeronave fue creada con la tarea específica de ataque y de apoyo al Ejército y cumplió con creces su función", consideró el comodoro Darío Quiroga, el titular de la III Brigada Aérea con asiento en Reconquista, departamento General Obligado.
Hace algunos años se comenzó con la remotorización de los Pucará pero finalmente se decidió dar de baja el avión porque son muchos los componentes que tiene y que deben ser importados.
El domingo 6 de octubre se realizó una "Jornada a Puertas Abiertas" en la Base Aérea. Fue una jornada en la que toda la comunidad pudo ver la aeronave de cerca. Contó con stands y demostraciones de otros sistemas de armas. Se presentaron también varios Hércules, y otras aeronaves que acompañaron la despedida del Pucará.
Durante el conflicto del Atlántico Sur, un total de 24 Pucará fueron trasladados al Teatro de Operaciones Malvinas y usaron como bases las pistas de Puerto Argentino, Puerto Darwin y Puerto Calderón. También formaron parte de la llamada Fuerza Aérea Sur, en Comodoro Rivadavia.
Las operaciones se dieron hasta el último día de los combates y lograron ser valoradas por su enemigo por su gran capacidad de combate en esas condiciones. Un total de 14 aviones se perdieron en combate.
Medio centenar de ex pilotos de todo el país llegaron a Reconquista para realizar un homenaje a uno de los aviones más importantes de la historia militar argentina.
Ya en la despedida de los Mirage habían realizado una jornada con demostración de los aviones supersónicos en tierra y en vuelo.
Hubo stands de muestras estáticas, exhibiciones de aviones estáticos y en vuelo, paracaidismo, parapentes y aeromodelismo, además de espacio para cantinas, food trucks, cerveza artesanal y heladería.
Ahora quedará en la historia los increíbles vuelos rasantes del Pucará, su maniobrabilidad y su omnipresencia en todo el país. Esta dura y longeva fortaleza, tal cual su significado en un dialecto nativo, prestó buen servicio a las alas nacionales recibiendo impactos en sus fuselajes, pero resistentes al fin, lo necesario para salvar a más de un piloto de combate malvinero.