Cuando tenía apenas 19 años, José María Rodríguez fue destinado para ir a la Guerra de Malvinas, que empezó el 2 de abril de 1982.
Sin “preparación alguna y sin ser soldado”, fue a combatir al archipiélago junto a su amigo Alejandro, durante 66 días. Al volver, cuenta, nunca se imaginó lo que dolería volver a vivir en sociedad. Desde aquellos días, José María se sintió incómodo con la etiqueta de “héroe” que les dio la sociedad, y busca compartir con otros excombatientes ese dolor. “A 35 años de la guerra, darme cuenta que no fue una gesta patriótica, sino una guerra, es mi batalla ganada. No me siento héroe, como héroe no podía sentir dolor”, dice.
José María Rodríguez es fundador del Centro de Ex-Soldados Combatientes de Malvinas de Mar del Plata. Desde 1988, año en que se radicó en Bariloche, organiza el Centro de Ex-Combatientes local. Su misión. sostiene, es ayudar a otros a encontrar su paz luego de la guerra. En una charla TEDx, el ex combatiente cuenta cómo fue su paso por Malvinas, desde el día en que fueron seleccionados para ir a las islas. "No sabía distinguir un sargento de un capitán, un avión inglés de uno argentino. Nuestra misión en Malvinas era esa, derribar aviones ingleses. Al primer avión que disparé era un avión argentino", dice
En su relato, además, da cuenta de la desidia que vivieron los soldados que fueron a defender la soberanía del territorio. "No teníamos nada. No planearon donde íbamos a comer, dormir, o ir al baño. 66 días así. Dormíamos sin sacarnos el casco ni las botas, en pozos o refugios improvisados con tambores. Todo era muy difícil. Viví varias guerras: el frío, el hambre, la falta de profesionalismo e injusticia de mis superiores, y la guerra. Pensé en suicidarme, que ese sufrimiento terminara, pero elegí pelear por vivir", asegura Rodríguez.
A su regreso, cuenta, "nunca imaginó lo que dolió volver a vivir en sociedad". "Volví con quince kilos menos y la cabeza quemada. Me sentí indefenso, me fui a comprar un arma para defenderme, y no me la vendieron porque era menor de edad", dice, emocionado. Los ex combatientes, desde ese momento, empezaron a juntarse a hablar, "a pesar de que nos lo habían prohibido". "La sociedad nos fue convirtiendo en héroes, y yo me lo creí. Pero había algo que no estaba bien".
Para José María la vida cambió en abril de 2014, cuando, 32 años después, volvió a Malvinas con Alejandro, su compañero de combate."Me sorprendí: Malvinas tiene colores. Era increíble, pero en nuestras cabezas todos los recuerdos eran en blanco y negro", dice al borde de las lágrimas. "Los isleños nos trataron bien: no hay odio, solo malos recuerdos. Con Ale no podíamos comprender cómo sobrevivimos 66 días así".
El excombatiente aclara: "No fui un héroe, hice lo que me tocó hacer, hice lo que pude hacer, pensando en volver, en mi familia, en sufrir lo menos posible. No elegí ir. En los actos del 2 de abril se rinde homenaje a los veteranos de guerra y a los que perdieron la vida por la patria. Se habla de los héroes, de soberanía, de la gesta Malvinas, de patriotismo, de colonialismo. 'Nada por lo que matar o morir' dice John Lennon en Imagine. Y pienso 'menos mandar a matar o morir'", cuestiona Rodríguez sobre la idea de los "héroes de Malvinas".
En ese sentido, agrega: "¿Cuántos dejarían a un hijo de 18 años ir a la guerra? No fue defender a la patria. Cuando se habla de la guerra se habla de gesta patriótica, y lo más valioso que tenemos es la vida, hablo de valorizar la vida. A 37 años de la guerra, darme cuenta que no fue una gesta, sino una guerra, es mi batalla ganada. No me siento héroe, como héroe no podía sentir dolor. Hoy estoy más cerca del camino de encontrar la paz", afirma.
"Hay muchos excombatientes que sienten mucho orgullo de Malvinas, y no la pasaron tan mal. Pero hay algunos que no, y pienso que esto les puede servir a ellos. El 2 de abril tenemos que hacer una marcha en contra de las guerras, no en reivindicación de las guerras", concluye.
A.G./EA