El “Niño de oro” que fue Gobernador de Jujuy: José María Fascio y una vida de novela

La curiosa historia del militar español que fue protagonista de la declaración de la autonomía política de Jujuy. Por Jorge Delfín Calvetti*

El “Niño de oro” que fue Gobernador de Jujuy: José María Fascio y una vida de novela
Busto de José María Fascio de la Fuente, el militar español que fue primer gobernador de Jujuy, emplazado en el barrio "18 de Noviembre" de la capital jujeña.

El español José María Fascio de la Fuente, nacido el 4 de febrero de 1794, fue un destacado coronel en el ejército de su patria. Su familia era de Nápoles y de Sicilia, que en aquellos tiempos estaban bajo dominio español. Al finalizar la guerra por la independencia se asentó en Jujuy, donde tuvo un notorio desempeño en el ámbito de la política.

Benjamín Villafañe, senador por Jujuy y gran estudioso de la vida de Fascio, señalaba que su familia no solo ostentaba títulos de nobleza, sino que también “fue poseedora de una sólida fortuna, tanto que era conocido en el ejército español del Alto Perú con el sobrenombre del ‘Niño de oro’, por su riqueza, carácter jovial y facciones juveniles”.

Su trayectoria fue larga, destacándose en las campañas contra el norte argentino y enfrentándose al ejército del General San Martín en el Perú.

En la invasión a Jujuy en 1817, al mando del general De la Serna, conoció a Trinidad Alvarado Sánchez de Bustamante, comenzando una amistad que se profundizó con el paso de los años.

LOS LAZOS DE JUJUY CON ESPAÑA

El general Tomás Iriarte, integrante de las tropas invasoras, en ese momento, relató en sus memorias que fueron varios los oficiales españoles que se casaron o comprometieron con jóvenes jujeñas cuando ocuparon la ciudad por siete meses. Un ejemplo es el coronel Agustín Gamarra, militar peruano que integraba el ejército español, que se casó con doña Juana María Alvarado, hermana de Trinidad.

En 1820, cuando los españoles invadieron nuevamente Salta y Jujuy, Fascio pudo reencontrarse con Trinidad por formar parte de las tropas del teniente coronel Juan Ramírez Orozco.

Al regresar al Alto Perú participó de las campañas españolas, combatió en la batalla de Junín bajo las órdenes del general Canterac y llegó ser designado jefe militar de Puno, ciudad que albergaba como prisioneros a numerosos oficiales patriotas.

En 1824 los independistas vencieron a los realistas en Ayacucho y, ante la huida del gobernador de la ciudad, Fascio quedó al mando del departamento de Puno.

El “Niño de oro” dejó en libertad a los prisioneros, entregó la ciudad al general Rudecindo Alvarado, pariente de Trinidad, y se sumó a las tropas libertarias dirigidas por el Mariscal Sucre, donde reconocieron su grado de general.

EL AMOR ES MÁS FUERTE...

Un año después se radicó en San Salvador de Jujuy y contrajo matrimonio con Trinidad Alvarado, con quien tuvo cinco hijos: Ramón, Belisario, Justiniano, Trinidad y Emilio Fascio Alvarado. Desde entonces ocupó varios cargos públicos, llegando, incluso, a ser Alcalde de Primer Voto.

En 1831 fue nombrado teniente gobernador de Jujuy por el gobernador salteño Pablo de la Torre, que describió a Fascio como una persona de prestigio que no tenía enemigos. En este cargo fue secundado, con los rangos de ministros, por el Dr. Manuel Ignacio Portal y Pablo Soria.

Su mayor preocupación, como teniente gobernador, fue la Tenencia de la Puna –que estaba integrada por Cochinoca, Rinconada, Santa Catalina y Yavi–, y la frontera con Bolivia, que estaba en pleno proceso de formación como Nación. Para esto, Fascio creó milicias departamentales que aseguraban la vida de sus habitantes. Además, buscó constantemente la reactivación de la economía jujeña, que fue tan dañada por la Guerra de la Independencia.

Los atropellos del coronel de la Torre hacia Jujuy fueron creciendo, hasta el punto de anexar a Salta los departamentos de Santa Victoria, Iruya y San Andrés. Sobre esto, el historiador Emilio Bidondo señaló: “Formaron parte desde la época del Virreinato de los Curatos de Yavi y Humahuaca respectivamente; no contento con ese avasallamiento, se apodera de los bienes de las capellanías mencionadas, sin que ninguna protesta sirviera para hacer variar tan arbitrarias decisiones”.

LIDERANDO LA LUCHA DE LOS JUJEÑOS

En ese contexto comenzó a pergeñarse, a instancias de Fascio y de destacados jujeños, un nuevo intento de lograr la autonomía política de Jujuy. Esta idea avanzó de forma inmediata y, ante la solicitud del teniente gobernador, el 18 de noviembre de 1834 se reunió la asamblea que declaró libre e independiente a la provincia de Jujuy.

El cabildo salteño reconoció al gobierno jujeño; no así su gobernador, que fue vencido por las tropas dirigidas por Fascio en la batalla de Castañares el 13 de diciembre de 1834. Este combate dejó un saldo de cincuenta muertos, doce heridos y alrededor de doscientos prisioneros del lado salteño, mientras que el ejército jujeño solo tuvo una baja y seis heridos.

Al enterarse del triunfo, el pueblo jujeño estalló en un inmenso júbilo. Durante tres noches consecutivas hubo luminarias, festejos y el 14 de diciembre se celebró un Tedeúm en acción de gracias. Fascio, en una carta enviada al gobernador de Tucumán, Alejandro Heredia, expresó:

“Veinte años de guerra y otros tantos de sacrificios para el pueblo jujeño han fijado la independencia en todos los ángulos de la República. Nuestros esfuerzos han influido poderosamente en la libertad que gozan todas las provincias. Nuestras fortunas arruinadas, nuestra sangre ha sido benéfica aún al pueblo, más ignorado, en tanto que el nuestro atado al carro de la esclavitud ha sufrido males sin fin (…) el pueblo jujeño ha podido comparar y deducir las ventajas de la libertad y ha conducido a verificar el tránsito a la independencia”.

EL REGRESO A ESPAÑA, PARA NO VOLVER

Fascio continuó a cargo de la gobernación, pero debido a diferencias políticas con su cuñado, el coronel Roque Alvarado, y “disgustado por las rencillas políticas que impedían el progreso de su provincia por adopción –el 12 de diciembre de 1825 había recibido su carta de ciudadanía argentina-, marchó hacia Lima a embarcarse en El Callao rumbo a España”, relató Bidondo.

Otra versión señala que Fascio partió solo a su nación, dejando a su familia en Jujuy. En el año 1853, según consta en una escritura que se halla en el Archivo de Tribunales, su esposa y sus hijos solicitaron la posesión de tierras debido a que “nuestro padre nos abandonó en nuestra más tierna edad, de modo que los menores, ni aún lo hemos conocido”. Las fincas a las que se hace referencia se encontraban en Cuyaya (que luego pertenecieron a la familia Claros) y en Huaico.

En España reclamó su grado militar y sueldos adeudados, alegando haberse pasado a los independentistas como oposición a la restauración absolutista en España en 1823, logrando su cometido de forma inmediata. Al fallecer su esposa argentina contrajo matrimonio con Teresa Celis Garnica, con quien no tuvo descendencia.

José María Fascio de la Fuente falleció el 12 de agosto de 1856 en la ciudad que lo vio nacer, Sanlúcar de Barrameda, en la península ibérica.

(*) Fragmento del libro “¿Güemes es jujeño?”, año 2023.