En todas partes del mundo la feligresía católica recuerda cada 24 de junio a san Juan Bautista con una festividad que, en realidad, para muchos comienza el día anterior.
Entre las innumerables variantes para la celebración se podrá encontrar comunidades en las que el fuego tiene protagonismo, haciendo de los pecados y la maldad su combustible; y otras en las que, por el contrario, es el agua el elemento purificador. E incluso, hay un pueblo que dedica no uno ni dos días para honrar a su santo patrono, sino ¡dos meses!
Sólo por citar ejemplos, se puede mencionar que en Filipinas, en una celebración que simula el acto de bautismo, la población sale ese día a las calles para ser parte de "una fiesta religiosa regada por ingentes cantidades de agua" que a la vez implica "celebrar la entrada del verano bendecidos por San Juan", y si bien este año la fecha fue en plena sequía que obligó a reducir de 25 a 12 los camiones hidrantes que salieron a recorrer Manila, el mismo lunes hubo una tormenta que fue interpretada como un milagro del santo.
En cambio, en Caruaru, una ciudad del nordeste de Brasil con una población de 350.000 habitantes (la mitad que Jujuy), las familias se reunen el día 23 a la noche en torno a las fogatas, esperando la llegada de la jornada central de una programación especial que este año comenzó el 18 de mayo y se prolongará hasta el próximo 14 de julio.
Serán entonces casi dos meses de celebración, durante los cuales se espera la visita de dos millones de personas que tomarán parte de unas 500 atracciones artísticas, representando un movimiento de cerca de más de 50 millones de dólares. Todo esto hace que la de Caruaru sea considerada "la mayor fiesta de San Juan del mundo".
Mientras tanto, a 4.800 kilómetros de allí, la celebración a san Juan Bautista se pone de manifiesto con devoción en el barrio Alto Independencia de la ciudad de Humahuaca.
Es la presidente del Centro Vecinal del barrio, María Esther Janco de Salas, quien comentó a Vía Jujuy la historia de la celebración del Día de san Juan en su comunidad y la programación que se desarrolla desde días previos hasta llegar a la esperada noche de las fogatas.
En una reseña de los cincuenta años que tieneel festejo mencionó la participación de vecinos que de una u otra manera aportaron al crecimiento de la celebración comunitaria, entre los que citó al historiador e investigador Sixto Vázquez Zuleta, como también evocó el acompañamiento del monseñor José María Márquez Bernal.
Explicó que para el armado del muñeco que esa noche es consumido por las llamas, se utiliza un tipo específico de madera y pasto- el suncho-, que permite obtener las brasas necesarias para que los promesantes, exactamente a la medianoche, hagan su caminata purificadora, sin sufrir quemaduras en sus pies, ello por efecto de la protección del santo patrono ante tan sólida demostración de fe.
Prender fuego al muñeco representa "quemar los malos recuerdos, los egoísmos, las mentiras, la indiferencia" y en cierto modo también "renacer a una vida nueva en la que nos guíe san Juan Bautista, alumbrado el camino con esa luz", describió la entrevistada.
Los vecinos del barrio Alto Independencia atesoran con gran devoción una imagen de Juan el Bautista por cuanto le atribuyen al santo ser muy milagroso, como también relatan experiencias vividas en carne propia que reflejan su tutela en la comunidad.
Si la hoguera del 23 a la noche emparenta Humahuaca, en Jujuy, con Caruaru, en Brasil, en la procesión del día 24 por las calles del barrio Alto Independencia aparece el vínculo con la celebración en Filipinas: a lo largo del recorrido, en cada frente de casa particular que dispone un pequeño altar con una imagen del santo, los sacerdotes bendicen profusamente a la familia mientras los demás feligreses proclaman a viva voz "¡Viva San Juan!, ¡Viva San Juan!" y se va arrojando agua, tal como relata María Esther Janco en el video que se ve a continuación: