Tras el intento de golpe de Estado, Lula da Silva destituyó al comandante del Ejército

La decisión fue anunciada este sábado. Será reemplazado por el general Tomás Miguel Ribeiro Paiva.

Tras el intento de golpe de Estado, Lula da Silva destituyó al comandante del Ejército
Lula da Silva destituyó a Júlio César de Arruda, comandante del Ejército de Brasil.

A casi dos semanas del intento de golpe de Estado en Brasil, el presidente Lula da Silva destituyó este sábado al comandante del Ejército, Júlio César de Arruda, quien será reemplazado por el general Tomás Miguel Paiva.

El comandante militar del sureste, Tomás Miguel Ribeiro Paiva, reemplazará a Arruda.
El comandante militar del sureste, Tomás Miguel Ribeiro Paiva, reemplazará a Arruda.

Arruda, quien asumió el cargo de manera interina dos días antes del fin del mandato de Jair Bolsonaro, había articipado el viernes de la reunión que mantuvo el presidente con los tres comandantes de las Fuerzas Armadas de Brasil en el Palacio del Planalto, la sede de gobierno.

El encuentro, en el que también estuvo el ministro de Defensa, José Múcio, se dio dos días después de que Lula defendiera el castigo a los militares involucrados en los actos golpistas del 8 de enero.

Entiendo que no hubo implicación directa de las Fuerzas Armadas. Si algún elemento, individualmente, participó, responderá como ciudadano”, dijo Múcio tras la reunión.

No obstante, el funcionario reconoció que el Gobierno está esperando “pruebas” sobre los actos golpistas para tomar medidas y aseguró que los militares respaldan la declaración de Lula de castigar a los involucrados “de cualquier rango”.

“Los militares son conscientes y están de acuerdo con que vayamos a tomar medidas. Evidentemente, en el fragor del momento, necesitamos tener cuidado para que los procesos y las acusaciones sean justas, para que las penas sean justas”, agregó Múcio, quien consideró que no se reproducirá otro ataque del mismo tipo porque las Fuerzas Armas lo anticiparán.

Se trató además de la segunda reunión que mantuvieron los altos mandos de las Fuerzas Armadas y Lula tras lo ocurrido el 8 de enero.

El equipo de transición de Lula había acordado el nombramiento de Arruda con la gestión saliente de Bolsonaro. El jefe militar había sido confirmado en el cargo el 6 de enero, dos días antes de que miles de seguidores del expresidente de ultraderecha invadieran y vandalizaran el Palacio del Planalto, el Congreso y la corte suprema en Brasilia para pedir un golpe de Estado contra el gobierno del líder del Partido de los Trabajadores (PT), que llevaba una semana de gestión.

Esta semana, en la primera entrevista que realizó desde su asunción, Lula dijo al canal GloboNews que hubo un “error” de los servicios de inteligencia del país, que no le alertaron de los ataques golpistas. Además, consideró que no había que “politizar” a las instituciones militares.

El nuevo jefe del Ejército había dado esta semana un discurso en el que defendió la institucionalidad, pidió respetar el resultado de las elecciones y aseguró que la fuerza debe ser apolítica y apartidaria, consignó el diario Folha de Sao Paulo.