Tras el intento de derrocarlo, Lula echó a 13 militares que trabajaban en seguridad de la Presidencia

Basado en el argumento de desconfianza hacia ellos, por considerar que actuaron en connivencia con los manifestantes, el presidente brasileño intenta hacer una “limpieza” de las Fuerzas Armadas.

Luiz Inácio Lula da Silva echó a 13 nuevos militares. Foto: AP.
Luiz Inácio Lula da Silva echó a 13 nuevos militares. Foto: AP.

Desde que asumió la presidencia el pasado 1° de enero, Luiz Inácio Lula da Silva impulsó varias modificaciones sobre de los representantes en el Estado brasileño con respecto a la gestión de Jair Bolsonaro.

Luiz Inácio Lula da Silva busca rodearse de gente de confianza en su gobierno. Foto: AP.
Luiz Inácio Lula da Silva busca rodearse de gente de confianza en su gobierno. Foto: AP.

Desde el intento golpista del pasado 8 de enero, el gobierno actual ya cesanteó a 53 funcionarios. Incluso Lula acusó a las fuerzas armadas de haber actuado en connivencia.

En esta oportunidad, dejó fuera de sus cargos a 13 militares, los cuales integraban el gabinete de seguridad de la presidencia.

A través de un anuncio publicado en el Diario Oficial de la Unión, este miércoles se dio a conocer la noticia. La misma se dio un día después de que 40 militares también fuesen apartados de sus funciones dentro del Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial.

Las funciones de los 13 militares que echó Lula

Todos ellos cumplían roles en el Gabinete de Seguridad Institucional, quien tiene la responsabilidad de asistir al presidente en todo lo que tenga que ver con funciones de seguridad y de política de defensa.

Estas modificaciones que impulsó Lula se dan en el contexto de un clima de desconfianza por parte de él hacia algunos uniformados, radicado en lo que fue la intentona golpista.

Y es que el actual presidente entiende que varios de ellos actuaron con complicidad para permitirle el acceso a los manifestantes, así como también lo mismo habría sucedido con algunas internas policiales.

Mientras tanto, siguen avanzando las investigaciones en Brasil para intentar dar con los responsables de los actos del 8 de enero, tanto quienes los perpetuaron, así como también quienes lo financiaron.

Desde aquel momento, ya se detuvieron más de 2.000 personas, de las cuales 1.382 permanecen bajo responsabilidad de las autoridades a cargo.