Fueron 30 segundos sumamente solemnes, que conmovieron por la intensidad de las imágenes. El Papa Francisco se emocionó hasta las lágrimas al mencionar a las víctimas de Ucrania en medio de una misa.
El Sumo Pontífice llevaba adelante un homenaje en las cercanías al monumento a la Virgen, en el centro de Roma, cuando no pudo contener el llanto y debió cortar su discurso por al menos medio minuto. Al reanudar la oración, su voz se escuchó quebradiza.
“Virgen Inmaculada, me hubiera gustado hoy traerte la acción de gracias del pueblo ucraniano por la paz que desde hace tiempo venimos pidiendo al Señor. Pero todavía tengo que presentarte el ruego de niños, de ancianos, de padres y madres, de jóvenes, de esa tierra martirizada que sufre tanto”, comenzó Jorge Bergoglio.
“Hoy vuelvo a ti junto con el pueblo de esta Iglesia y de esta Ciudad. Y te traigo gracias y súplicas de todos tus hijos, de cerca y de lejos”, continuó el Papa frente a miles de turistas que lo rodeaban. “Te traigo el agradecimiento de los mayores y de los viejos: un gracias que es uno con su vida, tejido de recuerdos, de alegrías y tristezas, de metas que conocen bien haber logrado con tu ayuda, sosteniendo su mano en la tuya”.
El Sumo Pontífice estuvo acompañado a su lado por el alcalde romano Roberto Gualtieri.
En su súplica, continuó: “Te traigo los sueños y las angustias de los jóvenes, abiertos al futuro pero retenidos por una cultura rica en cosas y pobre en valores, saturada de información y carente de educación, persuasiva en el engaño y despiadada en la decepción”.
“Mirándote a ti, que estás sin pecado, podemos seguir creyendo y esperando que el amor venza al odio, la verdad a la mentira, el perdón a la ofensa, y sobre la guerra gana la paz”, cerró.