Los investigadores de la Universidad de Edith Cowan (ECU), aplicando la teoría de la entropía, descubrieron que viajar tiene efectos positivos para salud. A su vez, aunque el proceso de envejecimiento es irreversible, la terapia de viajes lo podría ralentizar y, del mismo modo, promover una interacción social y sentimientos positivos.
Qué es la entropía
El estudio define que la entropía “se clasifica como la tendencia general del universo hacia la muerte y el desorden”. Su perspectiva sugiere que el turismo podría desencadenar cambios en la entropía, “donde las experiencias positivas podrían mitigar el aumento de la entropía y mejorar la salud, mientras que las experiencias negativas pueden contribuir al aumento de la entropía y comprometer la salud”.
Qué plantea el estudio
En el estudio, llamado “Travel could be the best defence against ageing“, Fangli Hu, doctora de ECU, señala que las experiencias de viaje positivas pueden contribuir al bienestar físico y mental de las personas al exponerlas a nuevos entornos, fomentar la actividad física, promover la interacción social y generar emociones positivas. Estos beneficios potenciales se reflejaron en prácticas como el turismo de bienestar, el turismo de salud y el turismo de yoga.
Hu afirmó: “El envejecimiento, como proceso, es irreversible. Si bien no se puede detener, se puede ralentizar”. A su vez, indicó que viajar mejora la capacidad del cuerpo para percibir y defenderse contra amenazas: “En pocas palabras, el sistema de autodefensa se vuelve más resistente. Se pueden liberar hormonas que favorecen la reparación y regeneración de los tejidos y que favorecen el funcionamiento del sistema de autocuración”, añadió.
Los viajes incluyen un esfuerzo físico, como las caminatas y el ciclismo, estimulando el metabolismo, el gasto energético y la transformación de materiales: “La participación en estas actividades podría mejorar la función inmunológica y la capacidad de autodefensa del cuerpo, reforzando su resistencia a los riesgos externos. El ejercicio físico también puede mejorar la circulación sanguínea, acelerar el transporte de nutrientes y ayudar a la eliminación de desechos para mantener colectivamente un sistema de autocuración activo. El ejercicio moderado es beneficioso para los huesos, los músculos y las articulaciones, además de apoyar el sistema antidesgaste del cuerpo”, afirmó la doctora.