Finalmente llegó la Semana Santa y con ella todas sus recetas típicas. En la mesa aparecen platos que no vemos durante el año: rosca de Pascuas y huevos de chocolate encandilan a niños y adultos. Pero la pregunta del millón es: ¿cómo surge esta tradición?
La rosca de Pascuas tiene una larga historia detrás, al haber sido creada en la Antigüedad como un rito pagano. Consistía en ofrecerle a la Tierra un pastel bien dulce, elaborado con miel, higos y frutas secas.
Los pasteleros italianos la hicieron circular como representación del “renacer eterno”. Rápidamente surgieron nuevas y diferentes versiones de la rosca tradicional y, con el tiempo, esto se convirtió en cuestiones centrales de la Semana Santa.
Desde la perspectiva de la repostería, es una receta muy sencilla: solo se utiliza harina, leche y huevo.
Por su parte, el huevo de Pascua se volvió un simbolo universal. Una tradición que traspasa fronteras.
Actualmente según dictan los preceptos de la Iglesia Católica, está prohibido el consumo de carnes rojas solo el Viernes Santo. Pero en la antigüedad las restricciones eran mayores, incluían a los lácteos y las mismas no se limitaban al Viernes Santo sino que continuaban luego de la cuaresma hasta el Sábado Santo inclusive.
Fue justamente esta prohibición la que fundó la costumbre de regalar huevos, originalmente de gallina u otros animales el Domingo de Pascua, día en el cual dejaba de regir la prohibición del consumo de los mismos.
En la actualidad se modificaron las costumbres: los huevos de gallina pasaron a ser huevos de cacao dulces. A tal punto que en la Argentina, según estadísticas, el Domingo Santo es uno de los dos días del año en el que se consume más chocolate, el otro es la Navidad.