Este viernes se cumple un nuevo aniversario de la Guerra de Malvinas, conflito político que marcó a fuego a toda una generación de argentinos y argentinas y que en el presente moviliza a miles. Los soldados del combate son reconocidos hoy como héroes que pusieron el cuerpo para defender a la patria y la soberanía nacional del territorio que aún se defiende como propio.
Pero no siempre se Islas Malvinas. Ya en el siglo XVI se las menciona en una carta de navegación en Estambul y se demuestra que los antiguos navegantes conocían su existencia, y la situaban cerca de los 53º y 30º de latitud sur.
Otro valioso elemento cartográfico es la “Carta náutica de las Islas de Sansón o de los Gigantes”. Dicho documento fue publicado en el “Gran Islario” de Thevet en 1856 y actualmente puede contemplarse en la Biblioteca Nacional de París.
Por otro lado, hay testimonios que afirman que el gran navegante Hernando de Magallanes las avistó en 1521. Las islas serían redescubiertas por el navío “San Pedro”, integrante de la Armada de Alcazaba en 1534. Por entonces ya se las conocía con el nombre de “Islas de la Virgen” o “Islas Sansón” (1520) y figuraban en el mapamundi de Weimar publicado en 1527.
Por aquellos tiempos, ya se les asignaban un origen español. Otros nombres con que las islas fueron conocidas son “Maiden Land” (1594), “Terre de la Vierge”, “Sebaldinas” y “Falkland Sound”. Esto último, debido a que el capitán inglés John Strong de la “Welfare” desembarcó en las islas en 1690, poniendo este nombre al canal existente entre ambas islas. El viaje de la “Welfare” fue emprendido para violar el tratado firmado y vigente entre el imperio inglés y el español, conocido como Paz de Utrech.
Quiénes fueron los primeros habitantes de las Islas Malvinas
El 18 de septiembre de 1763 el navegante francés Louis Antoine de Bouganville partió del puerto de Saint Maló arribando a las islas el 2 de febrero de 1764, para establecerse, previo permiso del rey de España, en lo que aquellos marinos llamaron Puerto Luis, en honor a su rey, Luis XV, más tarde conocido como Puerto Soledad.
A estos navegantes provenientes de Saint Maló se los conocía como “malonenses” y fueron los primeros pobladores que dieron el nombre de “Malouines”, más tarde Malvinas, en idioma español.
Felipe Ferrero de Fiesco, príncipe de Masserano, embajador de España ante la corte del rey inglés Jorge III, en una declaración fechada el 22 de enero de 1771, y en diálogo con el conde Rochford, ministro de asuntos extranjeros del imperio británico, extendió un mapa sobre su despacho, explicando que “las posesiones españolas abarcaban todos los mares del sur, las islas “Maluinas”, las de Pepys y las demás situadas en aquellas zonas, como así también las que estaban dando vuelta el Cabo de Hornos, sobre las costas de Chile y Perú, hasta las islas de Juan Fernández”.