Un grupo de amigos quiso pasar unas vacaciones distintas y se decidieron por una propuesta más que tentadora: campo y vista al río. Acudieron a la plataforma de alquileres temporarios Airbnb pero lo que se encontraron distaba mucho del anuncio. Uno de los damnificados lo contó con humor en su cuenta de TikTok.
El video que publicó el usuario de la red social daba un pantallazo general de las “comodidades” del lugar. “Alquilamos un Airbnb en el campo, pero nadie se imaginaba...”, comienza el clip.
El recorrido comienza desde afuera, donde se ve una fachada de chapa prolijamente pintada. Al ingresar, la imagen enseguida se volvía muy precaria: era una especie de galpón, con piso sin terminación, una mesa larguísima con butacas de colectivo alrededor y, lo más sorprendente, un micro pegado a ese espacio, simulando un “segundo ambiente”.
En el ómnibus, de los naranjas que suelen utilizarse como transporte escolar, se centraba el dormitorio: dos camas cuchetas, cuyos niveles superiores casi tocaban el techo, y algunos colchones tirados en el piso.
“El jacuzzi está roto, una lástima”, se escucha opinar a otro de los chicos. Los comentarios debajo del video solicitaban detalles del aviso en cuestión, para analizar si efectivamente había habido publicidad engañosa. El mismo usuario se ocupó de armar un clip con los detalles del anuncio.
Qué decía el aviso sobre el “chalet” de Punta Indio
“Hermoso chalet en Punta Indio”, comenzaba el aviso. El chico puntualizó que el valor rondaba alrededor de 18.000 pesos por día, lo que les cerró dado que eran seis o siete personas y la división les convenía.
Repasó las imágenes que aparecían en el aviso y destacó que el entorno “se veía lindo”: con vista el río, para pescar, hacer asado, fogón. “Parecía una casa piola. Las cuchetas nos hacía sospechar un poco pero dijimos, bueno, llevamos sábanas, no pasa nada”, contaba el joven.
La descripción hablaba de un lugar donde se podía pescar y andar a caballo y que a los turistas les gustaba mucho porque “les recordaba viajes de época”. “Se puede disfrutar de la naturaleza y hay una larga mesa para disfrutar de distintos juegos... Como, por ejemplo, jugar a que no te pique la yarará”, leía y comentaba irónico el inquilino del chalet. “Una arquitectura única en el país”, agregaba el aviso. “Y sí: básicamente porque tiene insertado un bondi”, bromeaba el chico.
“No pescamos una bosta pero la pasamos muy bien. Fue una aventura meterse en el bondi y la repetiríamos”, señaló, lejos de mostrarse indigando el joven amante de la adrenalina.