Personal de seguridad informática de la empresa argentina, Red Link, denunció la realización de maniobras fraudulentas en diferentes cajeros automáticos de distintos barrios de la ciudad de Buenos Aires, entre ellos Belgrano, Monserrat y Palermo.
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En estos cajeros, se hacían extracciones de grandes sumas de dinero a través de tarjetas clonadas. A partir de esta denuncia, efectivos de la División de Fraudes Bancarios y Defraudación y Estafas de la Policía de la Ciudad, iniciaron una investigación para dar con el o los responsables de estos robos.
De esta manera, los efectivos implementaron un servicio de prevención en esos barrios porteños, con el objetivo de identificar a los responsables y poder detenerlos.
Qué es el Skimming
Esta palabra, que en inglés significa “rozando”, hace alusión al robo de información de tarjetas de crédito o débito utilizado al momento de la transacción. El objetivo es poder clonar esas tarjetas para luego poder utilizarlas de manera fraudulenta. Lo que se hace, básicamente, es el copiado de la banda magnética del plástico.
Esto se logra a través de artefactos colocados en los cajeros, minutos antes de que el cliente opere en él, y de esta manera se puede clonar la información emitida por la tarjeta al ser usada.
A partir de allí, y a través de un sistema computarizado, los estafadores pueden revisar la información y las distintas imágenes, y consiguen el acceso a las claves de los clientes.
Cayó un sospechoso de practicar el skimming
A raíz de las denuncias realizadas por la Red Link y el trabajo investigativo de las fuerzas de seguridad, este sábado por la mañana fue detenido en el barrio porteño de Chacarita un hombre de 46 años, de nacionalidad búlgara, llamado Bashev Tsvetomir, que estaba acusado de ser uno de los perpetradores de estas estafas con tarjetas de débito clonadas y apócrifas.
Los agentes pudieron ver a Tsvetomir que de forma sospechosa operaba en un cajero automático del Banco Nación, ubicado en la avenida Forest al 486, manipulando varias tarjetas SUBE, con las que conseguía extraer dinero.
Fue allí cuando intervino la Policía y, ante la presencia de dos testigos en el lugar, lo requisaron. En su poder, este hombre búlgaro tenía 36 tarjetas SUBE, sin ninguna identificación, y $40.000 en efectivo.
Hay que mencionar que los agentes del Departamento de Delitos Económicos de la Policía de la Ciudad, hacía más de un año que venían siguiendo los movimientos de Tsvetomir que finalmente terminó atrapado.
Habían logrado identificarlo mediante las cámaras internas que poseen varios cajeros automáticos, tanto de la Ciudad como del Norte del Conurbano. Durante la detención, Tsvetomir intentó resistirse y corrió unos metros, pero enseguida fue apresado.
Skimming, un delito extendido
En la actualidad, en Argentina hay bandas criminales que venden la información y las tarjetas robadas o clonadas a otras bandas que se dedican a realizar la segunda parte del delito, que es ir a los cajeros para hacer las extracciones del dinero o también transferencias a cuentas de terceros.
Sabido es que este un fraude muy practicado por criminales extranjeros en nuestro país, principalmente de Perú, Colombia, Venezuela, Brasil, Ucrania y Bulgaria.
“A ellos no les interesa el tipo de cambio. En cuestión de horas, pueden generar un millón de pesos. El delincuente virtual recauda mucho dinero. Además, sabe que es un delito excarcelable. Es muy difícil que sean trasladados a una prisión”, este fue el testimonio de un integrante de las brigadas que investigan estos delitos.
Asimismo, la sugerencia de un investigador de estos fraudes es: “Una de las mayores medidas de seguridad para prevenir este tipo de delitos es tapar el teclado del cajero automático con la mano menos hábil, mientras colocan la clave de la tarjeta”.