Cada vez se vuelve más difícil alquilar en una situación económica donde la inflación está en crecimiento. A esa realidad compleja, se suman pedidos exigentes y muchas veces incumplibles. Acá te contamos cuáles son.
Por un lado, empezaron a proliferar los domicilios en dólares, especialmente en los barrios que se pusieron “de moda”.
Las indexaciones son cada vez más cortas (trimestrales) y por fuera de la ley. Como si fuera poco, hay algunas unidades que solicitan seña incluso antes de ir a ver el departamento.
La tendencia que avanza es el pedido de contratos comerciales para evitar la suba anual -y poder hacerla semestral-, para que las inmobiliarias puedan cobrar comisión de las dos partes.
“En los casos en los que el inmueble es apto profesional, los propietarios dicen que no se aplica el sistema de aumento anual y que pueden haber subas cada seis meses”, explican desde la Unión de Inquilinos.
Por último, la oferta se redujo hasta un 32% en dos años desde que se aprobó la Ley de Alquileres y la norma desalentó a los propietarios a rentar sus unidades por el alargamiento de los contratos que no garantiza que tengan rentabilidades reales positivas (por arriba de la inflación), además de ser anual y no semestral.