En estos últimos tiempos, muchos emprendedores han optado por elegir una economía circular cuyo foco sea el cuidado del medioambiente. Desde casas recicladas, ecoladrillos, diversos cursos con elementos reciclados, hasta la fabricación de jabones con aceite usado.
Este último caso es el elegido por Marilin Dino de 35 años, quien trabaja en el portal de acceso a las Cataratas del Iguazú. Debido a la pandemia su actividad laboral –y por ende su sueldo- se vio mermado, por lo que decidió buscar una alternativa.
Durante este fin de semana y por vez primera, presentará su producto en la Feria de Las Leñas. “Con mis primos cuando comenzó la pandemia nos vimos con los ingresos reducidos. Todos trabajamos en Cataratas y comenzamos a emprender, primero vendíamos comida, pero con la inflación la ganancia se fue achicando. Después comencé a vender dulces los fines de semana, pero ocurrió lo mismo”, explicó.
“En junio, una amiga me insistió tanto en que hiciera el curso de fabricación de jabones que accedí. Yo no quería, me preguntaba para qué quería saber cómo se hacen jabones. Una vez ahí, aprendí y la verdad me sorprendí, empecé a verlo como un negocio. Fabricar jabones es un proceso que lleva su tiempo y me encontré con una serie de dificultades, sin embargo este fin de semana participaré de la primera feria con Gina Jabones Artesanales”, comentó emocionada.
Uno de los principales obstáculos a los que debió enfrentarse Marilin fue el de conseguir aceite usado. “Yo tenía algo de aceite, pero no era mucho. Colaboraron conmigo algunos vecinos y la dueña de una churrería que usa aceite mezclado con grasa animal. Gracias a esto pude avanzar con el emprendimiento”.
Con aceite usado o grasa, soda cáustica al 99 % y agua, Marilin fabrica primeramente jabón base mediante el proceso de saponificación. Éste debe reposar al menos 20 días y una vez cumplido ese período, trabaja nuevamente el jabón base y lo transforma en jabones terapéuticos para piel seca, sensible, exfoliante, entre otros aromatizados con café, romero o avena.
“El jabón base es muy bueno para lavar platos, ropa y calzados, pero yo opté por jabones terapéuticos; si bien aún debo comprar moldes acordes al producto, en un futuro no muy lejano pienso hacer jabones terapéuticos en presentaciones más delicadas para que puedan ser utilizadas de souvenires”.
La emprendedora remarcó la falta de concientización de la comunidad respecto al reciclado del aceite, ya que tan solo un litro de aceite usado puede contaminar 10.000 litros de agua. “Yo sabía del daño al medioambiente que produce arrojar aceite al agua, incluso hace unos años fue un escándalo un restaurante del centro que descartaba el aceite en la alcantarilla, que no solamente contamina, sino que obstruye las cañerías. Sería muy importante que todas las familias pudieran acopiar el aceite y llevar a los ecopuntos. No sólo cuidan el medioambiente sino que también se estimula la economía circular”, concluyó.
Fuente: El Territorio