El Príncipe del Kerosene es el pseudónimo que eligió Tomás para hacerse conocido en el mundo artístico. El artista comenzó a los 13 años haciendo teatro y desde entonces no paró, pero también con el correr del tiempo fue haciendo cosas más ligadas al circo.
Pasó por varios sonidos antes de llegar al serrucho. “Es la herramienta más virtuosa que tengo, porque es muy impresionante verlo”, afirma Tomás. Este objeto-instrumento es muy usado por los payasos y es tocado por el artista en las calles del centro de Mendoza.
Sus amigos tenían muchas cosas para hacer malabares y demás, pero Tomi decidió hacerlo con objetos más cotidianos y empezó a hacer trucos con cucharas o tenedores. De ahí conoció los cotidiáfonos, que son los objetos cotidianos que hacen sonidos.
“El serrucho lo uso para el día a día, mi objetivo en estos años es empezar a trabajar en eventos. Como actor me gusta mucho estar arriba del escenario, también canto y me gusta mucho la música. El objetivo es que la gente la pase bien, que sienta cosas y se divierta”, aclara el artista.
Tomás es un artista de variedades porque hace varias cosas con objetos y es presentador de varieté, pero actualmente es más un arte callejero lo que realiza al ir las calles de Mendoza Capital y tocar con el serrucho.
Los mendocinos pueden reconocerlo como el joven que se sienta en la calle San Martín a tocar con un serrucho y un arco de violín. El joven de 25 años aprendió a tocarlo en 6 meses y desde ese entonces se dedica a esa parte de la música callejera y también lo suele hacer en presentaciones.
Cómo nace el pseudónimo
El kerosene es un líquido inflamable, que se obtiene del destilado del petróleo. Hace bastantes años se usaba para estufas y lámparas, pero con el avance de otras energías se utiliza cada vez menos.
“Lo elegí porque cuando mi abuela era joven su papá era kerosenero y como les iba muy bien en esa época, porque era el gas del momento, el kerosene la pegó mucho. Entonces la gente que trabajaba hizo una fiesta de fin de año y en esa fiesta eligieron a la Reina del kerosene que era mi abuela. El tema es que nunca más se volvió a festejar esta fiesta y mi abuela sigue siendo reina y yo por eso soy el príncipe del kerosene”, aclara.
Con el surgimiento de las redes sociales y de todo este mundo tecnológico, Tomás eligió ese nombre para poder ser identificado y reconocido. Incluso cuando toca en las calles tienen un cartel para que lo puedan encontrar en su Instagram @principedelkerosene