El médico forense Marcelo Benetti no encontró nada fuera de la normalidad para un cuerpo de una mujer de 83 años. La anciana habría fallecido por un infarto y para confirmarlo se remitieron muestras a un patólogo. En principio se dictaminó un paro cardiorrespiratorio no traumático.
No se encontraron indicadores que hicieran suponer una muerte violenta. La primera hipótesis que se investigó fue la de un posible robo, pero eso rápidamente fue descartado porque la casa no tenía ningún signo de violencia y se halló el dinero que había cobrado de su jubilación el día antes a su desaparición, escondido en un sector del inmueble.
También se estableció que al lugar donde fue hallada llegó caminando, luego de atravesar al menos dos alambrados, pero como no se tiene confirmación si caminó durante el día o la noche, se desconoce si esta mujer fue sorprendida por la cañada o confió en que podía atravesarla y cayó.
Tras la realización de la autopsia, Benetti no encontró nada fuera de lo normal. El cuerpo no presentaba golpes ni nada que haga presumir la intervención de terceros. Por el estado que presentaba el cuerpo, tras los días que permaneció a la intemperie y por sus 83 años, no se pudo analizar su cerebro y determinar si fue una causal. Sólo se decidió que un patólogo analice el corazón para confirmar si hubo infarto. Por lo pronto, Sofía Mohr murió por un paro cardiorrespiratorio no traumático.