La paramédica de la Línea de Emergencias 107 en el Hospital Gualeguaychú, dió instrucciones precisas a un oficial de policia a través del teléfono, y juntos salvaron la vida de una beba que no respiraba.
La profesional había tomado su turno a las 22.00 horas como todos sus días, sin complicaciones. "Era una noche como cualquier otra", consideró, pero una hora después sucedió algo que "como mamá a una le origina una carga emocional muy grande".
, incluso ha brindado capacitaciones sobre Reanimación Cardio Respiratoria (
RCP
) al público en general para que aprendan cómo reaccionar y brindar los primeros auxilios para salvar una vida. Está preparada para cualquier emergencia, pero cada una de ellas es diferente.
Una mujer se comunicó con la Línea de Emergencias 107 porque su beba de sólo 20 días de vida no respiraba. La radioperadora trató de interrogarla sobre qué estaba haciendo la niña, cómo se originó la situación, pero del otro lado del teléfono la madre sólo respondía que su hija estaba morada. "Me di cuenta que estaba en shock y que lamentablemente no lograba escuchar, por eso le pedí que le pasara el teléfono a otra persona que estuviera en el lugar", contó Rojas.
Otra persona se hizo cargo del llamado y le indicó a la profesional que la bebé estaba tomando leche, pero fue justo en ese momento que llegó la Policía al domicilio. "Le digo que no me corte y que me pase con el oficial. Cuando toma el teléfono el policía le pregunto cómo se llama, Federico me dice, bueno Federico necesito que me ayudes".
“
Lo que vas a hacer es ponerla boca abajo
,
sobre tu brazo y le vas a dar 5 golpecitos con el talón de tu mano
,
cortitos
,
en seco
. Para este momento ya se había activado la salida de la ambulancia”,
que del otro lado de la línea se imaginaba toda la situación. “Federico muy tranquilo seguía las instrucciones y le daba los golpes en el medio del omóplato.
Posiblemente sin saberlo, el policía aplicaba la maniobra llamada Heimlich, de desobstrucción de la vía aérea. Tras los cinco golpes en la espalda la daba vuelta para observar si cambiaba el color en el rostro de la bebé. A la tercera repetición la niña comenzó a largar una flema por su boca y cambió el color de su piel, ya no estaba morada, pero fue a la quinta repetición que se la escuchó gritar. "Ahí fue cuando a todos nos volvió el alma al cuerpo, porque no hay nada más gratificante que escuchar el llanto", aseguró Rojas.
"Son situaciones muy complejas que muchas veces para un radioperador de emergencia no es fácil. Se entiende que una mamá en estas circunstancias no logre llevar a cabo las ordenes que le queremos brindar, y es por eso que debemos estar atentos a todo lo que sucede en una escena, más allá de que no ves nada. En ese momento te volvés un director de teatro porque te imaginas la situación, te imaginas la escena", describió la profesional.
Carla explicó que el primer paso "es pedir por alguien cercano que tome el teléfono, que tenga escucha activa" y resaltó la actitud del policía Federico que en todo momento se mantuvo tranquilo y se hizo cargo de la escena, atento a cada una de las indicaciones que permitieron salvarle la vida a la recién nacida.
"Uno puede tener muchas capacidades, estar muy preparado, pero lo importante en una escena es que del otro lado del teléfono siempre haya alguien que pueda manejar su temperamento, sin entrar en la desesperación y mantener la calma porque esto lleva una carga emocional muy grande. Soy mamá y como mamá es inevitable que en ese momento no se mezclen emociones", comentó. "Nosotros no tenemos rostro dentro de la institución, somos simplemente la voz que está atenta y a la espera de poder auxiliar ante cada situación de emergencia", agregó.