Una familia compuesta por dos hermanos y su padre, volvía despues de disfrutar de un día de pesca en la turística Laguna de Herradura, distante a 42 kilómetros de la ciudad de Formosa. Se dirigían a la guardería de lanchas como normalmente hacen después de la actividad.
En el camino encontraron otra embarcación que tenía dificultades debido a la gran cantidad de camalotes y la hélice de la lancha se había enredado por lo que no lograban salir hacia ningún lugar más despejado para seguir navegando.
Les tiraron una cuerda y mientras los remolcaban, pudieron liberar la hélice de los camalotes sin embargo en el trámite de sacar la embarcación en problemas, quienes los habían asistido quedaron luego, atrapados por el camalotal.
Lo ideal, hubiera sido que la lancha que había podido salir ayudase a quien en un primer momento vino en su auxilio, sin embargo y ante la sorpresa de quienes se encontraban ahora sin poder salir, la embarcación puso proa hacia la costa de la Laguna Herradura y se fue.
El padre de 70 años con sus dos hijos, estuvieron en esa situación hasta entrada la noche y si no hubiera sido por un bote a motor que pasó de casualidad y que pudo verlos en la oscuridad, la familia la hubiera pasado muy mal.
En general, entre los pescadores formoseños, la solidaridad forma parte de su manera de ser. Siempre ante una dificultad hay alguien que ofrece una mano por lo que la familia damnificada no solo se llevó un susto sino también una desilusión con lo ocurrido.