El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó este jueves que la inflación de junio se ubicó en 6%, lo que confirmó que los precios volvieron a desacelerarse, aunque se encaminan a terminar el año con un salto acumulado superior al 140%.
Los primeros seis meses del año terminaron con una suba de precios en lo que va de 2023 de 50,7 por ciento.
La división de mayor aumento en el mes fue Comunicaciones (10,5%), producto de la suba de servicios de telefonía e internet.
Le siguieron Salud (8,6%) “por aumentos en medicamentos y en las cuotas de empresas de medicina prepaga”, aseguran desde el INDEC y Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (8,1%), “principalmente por las subas en electricidad”, agregan.
La división con mayor incidencia en todas las regiones fue Alimentos y bebidas no alcohólicas (4,1%). Al interior de la división impactó la suba de Pan y cereales y Leche, productos lácteos y huevos.
Las dos divisiones que registraron las menores variaciones en junio fueron Alimentos y bebidas no alcohólicas (4,1%) y Prendas de vestir y calzado (4,2%).
La inflación mes a mes
Para este 2023, el equipo económico de Sergio Massa dispuso una inflación del 60% a nivel anual, de acuerdo a lo que hay proyectado en el Presupuesto para este año. Sin embargo, los primeros seis meses del año terminaron con una suba de 50,7 por ciento.
El Gobierno esperaba un número “más bajo” en la inflación de junio
El gobierno nacional, a través de la portavoz Gabriela Cerruti, vaticinó esta mañana que el IPC de junio iba a posicionarse “bastante más bajo” que en el mes previo. A saber, en mayo los precios medidos por el Indec avanzaron, en promedio, 7,8%.
En la Casa Rosada celebraron la desaceleración que comenzó a observarse en mayo (en abril el salto fue de 8,4%), pero los guarismos aún preocupan por su consecuente impacto en los niveles de pobreza y en el poder adquisitivo de los trabajadores, una variable relevante de cara a las próximas elecciones presidenciales.
Cerruti aseguró que los precios emprendieron “una tendencia a la baja”. Esa observación también la comparten los analistas privados que consulta el Banco Central para elaborar el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM).
Variables
En el último REM se realizó una revisión a la baja de las proyecciones, aunque aún se vaticina que el IPC terminará este año con una carrera acumulada superior al 140%.
Además, como antecedentes de este camino a la baja, la Dirección de Estadísticas de la ciudad de Buenos Aires dio cuenta la semana pasada que la inflación en el distrito porteño fue durante junio del 7,1%, por debajo del 7,5% registrado en mayo.
La desaceleración de la inflación viene dada por la peor combinación posible: baja en el nivel de actividad y en el consumo. Un trabajo de la Cámara Argentina de Comercio (CAC) indicó que en mayo (último dato disponible) su Indicador de Consumo (IC) se estancó respecto de abril y registró un leve avance de 1,2% contra igual mes del año pasado.
“El IC acumula en los primeros cinco meses del año un crecimiento de 3,8% interanual aunque todo indica que el consumo seguirá perdiendo dinamismo en los próximos meses. De hecho, a partir de enero se observa una tendencia bajista en las tasas de crecimiento interanual exhibidas por el IC, pasando de un avance de 6,1% en el primer mes de 2023 al 1,2% de mayo (con estancamiento desestacionalizado)”, precisó el trabajo.
Por su parte, la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) indicó que “las ventas minoristas pymes descendieron por sexto mes consecutivo en junio, al ubicarse 3,6% por debajo del mismo mes de 2022, en la medición a precios constantes”.
“El primer semestre del año cierra así con una baja de 1,8% interanual. También en la comparación mensual, se vendió 0,9% menos en junio que en mayo”, indicó la entidad.
Para CAME esta dinámica es producto de que “el mercado está ofreciendo pocas opciones de cuotas sin interés como en otros tiempos, y eso frena compras de valores más elevados, que repercuten sobre todo en el sector indumentaria, perfumerías y electrodomésticos”.
CAME remarcó además que “una tendencia que en el comercio se viene observando, es el mayor peso de los servicios en la canasta de consumo, especialmente vinculados a ocio, recreación, que le resta ventas a bienes”.