No fue una jornada de pánico ni de nada que se le parezca, pero los inversores hicieron una mueca de desconfianza ante la obligación de superávit que asumirá el Tesoro Nacional al absorber la deuda del Banco Central.
El dólar subió y los bonos y las acciones cayeron, mientras las autoridades económicas intentaron convencer a los banqueros que el plan económico es sólido y no será cambiado.
El ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, se reunieron este lunes con los principales banqueros del país para explicarles los alcances de la medida anunciada el viernes pasado.
El encuentro se desarrolló por espacio de 40 minutos en la sede de la autoridad monetaria y Caputo y Bausilli fueron quienes tuvieron uso de la palabra.
Pese a que ya lo dijo hasta el hartazgo, Caputo volvió a repetir en esa reunión cerrada lo mismo que pregona en cada aparición pública: no habrá devaluación, se mantiene el “dólar blend” de 80/20% y el proceso de devaluación diaria al 2% mensual.
Qué dijeron los banqueros tras la reunión
En el cara a cara los banqueros asintieron con la educación que los caracteriza y luego lo expresaron en las declaraciones públicas.
“Los pesos resultantes de la emisión de la Letra de Reprogramación Monetaria (LRM) que emitirá el Tesoro estarán depositados en el BCRA, que en definitiva como siempre garantiza la liquidez del sistema. El Tesoro no va a poder gastar ese dinero sino que lo tendrá depositado en BCRA”, explicó Claudio Cesario presidente de la Asociación de Bancos Argentinos (ABA) al término del encuentro.
“Fue una reunión muy buena y creo que las estrategias que están haciendo apuntan a mayor solvencia fiscal y eso creo que es fundamental para los argentinos”, señaló Fabián Kon, CEO de Banco Galicia.
Durante estos días se irán puliendo las normativas necesarias y se estima que el jueves próximo el Directorio del BCRA comunicará los detalles que sustentarán la migración de la deuda. El FMI ya bendijo la medida.
La decisión tiene diferentes puntos de análisis. Por un lado están quienes sostienen que el Banco Central podrá volver a tener el manejo de la tasa de política monetaria, porque de este modo si sube la tasa no deberá pagar más por su deuda y que es una operación lógica porque la deuda en definitiva es del Tesoro. Pero del otro lado de la ecuación estará el erario público que se verá obligado a consolidar su superávit para servir los intereses de un mayor nivel de deuda. Al mismo tiempo, los bancos quedan expuestos a un mayor riesgo de incumplimiento.
La convicción del Gobierno por sostener el saldo positivo de las cuentas públicas resulta inamovible por el momento pero en caso de algún cimbronazo político la situación puede tornarse incontrolable.
Los banqueros y los inversores lo saben y aunque de la boca para afuera es todo verde esperanza las órdenes en las cuentas dictaron otra cosa.
Por eso hubo presión sobre los dólares en todas sus versiones y cayeron los títulos públicos y las acciones.
La reacción de los mercados
El blue siguió su marcha ascendente y cerró en $ 1.410. Los financieros también quebraron esa barrera y terminaron en $ 1.405 el MEP y en $ 1.406 el Contado con Liquidación (CCL), que representaron subas superiores al 4%.
El oficial mayorista fue fijado en $ 914,50, para que la brecha sea superior al 53% e intensifique las alarmas.
Los bonos cayeron más de 2% y el Riesgo País se fue a 1.513 puntos. Las acciones del panel líder Merval retrocedieron 1%.
En tanto, en la primera rueda de julio el Banco Central compró US$ 50 millones y pudo romper la serie de dos jornadas de ventas.
Entre otras cosas, la escasez de dólares que enfrenta el BCRA encontró una justificación en el último informe de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC).
Estas entidades precisaron que la liquidación de dólares por la exportación de cereales alcanzó en junio a US$1.977.926.224, con lo cual el primer semestre cerró con un ingreso de divisas por parte del sector de similar volumen al mismo período del año pasado que estuvo afectado por la sequía.
CIARA-CEC indicaron que la liquidación de casi US$ 2.000 millones el mes pasado implica una baja de 24% con relación a mayo y una mejora de 25% frente a junio del año pasado.
La caída frente a mayo se explica porque durante ese mes la exportación de soja fue extraordinaria debido a las lluvias que provocaron graves inundaciones en Brasil, lo cual favoreció las colocaciones argentinas.