Los niveles de la inflación en la Argentina son cada vez más preocupantes, en un momento en el que también está acompañado por la escalada del dólar. En ese sentido, el Conurbano volvió a ser uno de los principales focos de aumentos generando más subas en los alimentos, que fueron el ancla de la suba de precios.
De acuerdo al relevamiento que realiza Instituto de Investigación Social, Económica y Política (ISEPCi), el índice Barrial de Precios señaló que en veinte distritos del Gran Buenos Aires, el valor de la Canasta Básica de Alimentos (CAB) para una familia de dos adultos/as y dos hijos/as pequeños, en abril llegó a $91.347,30. Esto significó un incremento de 8,13% respecto a los $84.478,10 que los mismos productos costaban en marzo.
Esto quiere decir en el primer cuatrimestre del 2023, los aumentos de los alimentos suman una suba del 42,43%. Además, los rubros que más aumentaron fueron los de Almacén (9,65%) y Carnes (9.41%), mientras que las Frutas y Verduras subieron 3,39%. En el cuatrimestre las carnes aumentaron 53,95%, las frutas y verduras 44,52%, y los productos de almacén 34,50%.
“Como venimos diciendo y demostrando permanentemente, el aumento incesante de los precios de los productos de consumo básico, no tienen correlato en el incremento de las remuneraciones salariales, jubilaciones, asignaciones sociales, sobre todo de los/as que perciben las mínimas. La consecuencia directa es el sostenimiento desde años de la pobreza en niveles que rondan el 40% y la indigencia en torno al 8% del total de la población”, señaló Isaac Rudnik.
“Este incremento cuatrimestral de las Canastas Básicas es la más alto de los últimos cinco años, y seguramente de los más elevadas desde la crisis de principios de siglo, lo que habla de una aceleración inflacionaria que, por ahora, no encuentra freno”, agregó.
“En diciembre de 2019 teníamos 15,5 millones de argentinos/as por debajo de la línea de pobreza, de los/as cuales 3 millones y medio eran indigentes. Durante la pandemia llegaron a 18,5 y 4,6 millones, respectivamente; pero al final de 2022, después de dos años de fuerte crecimiento del PBI (10% en 2021 y 5% en 2022), tenemos 17 millones y medio de personas por debajo de la línea de pobreza, de los cuales cuatro millones son indigentes, o sea que no tienen recursos suficientes para adquirir sus alimentos básicos”, señaló el informe.
“Los aumentos continuos de los productos básicos del consumo de la población, en especial de los alimentos, hacen estragos sobre el poder adquisitivo de todas las familias, en particular de las de menores de recursos”, completó.
En el mes de abril, el dólar logró subir $74 hasta rozar los $500 en un contexto de presión sobre Sergio Massa que tuvo que salir a intervenir el mercado con la escasez de reservas que afecta al Banco Central. De hecho, en 2023, avanzó $128 después de cerrar el 2022 a $346.
En ese sentido, el impacto se siente de lleno en los precios después de afecte directamente a algunos rubros con productos importados o que toman como referencia al dólar para la compra venta con los mayoristas. Sin embargo, desde Ecolatina, advierten que el efecto del dólar podría verse aún más directo en la inflación de mayo.
En tanto, la consultora Focus Market señaló que los alimentos subieron 8,9% en el mes de abril, con principales aumentos en Snacks +31,8%, Jugos en polvo +25,1%, Caldos +25%, Arroz +20,2%, Detergente para ropa +15,7%, Jabón de tocador +13,6%, Manteca +13,2%, Suavizantes +12,5%, Desodorante +12,4, y Salsas listas +12,2%.
“La suba de precios en el mes de Abril continúo acelerándose. A los fundamentos macroeconómicos de un déficit fiscal que se sigue financiando con pesos en un contexto de su caída de la demanda se le ha sumado la reciente devaluación del peso frente al dólar en su cotización paralela. En góndola se han registrado aumentos de entre 7 % y 15 % de acuerdo a la categoría en los últimos 15 días. Todas las categorías de consumo masivo viajan a tres dígitos de inflación interanual respecto de Abril 2022. Bebidas aumentó 108 %, Limpieza 116% y Cuidado Personal 125,6 % en promedio”, detalló Damián Di Pace.
“La variación de precios se está viendo reflejada en su comportamiento en las ventas en góndola con caídas de 2 dígitos en supermercados de hasta 500 m2. Por su parte, los consumidores que se desplazaban hacia grandes superficies comerciales vieron una situación de falta de producto de las categorías que forman parte de precios justos en góndola”, agregó.
Y completó: “El deterioro del poder adquisitivo de los Argentinos aumenta pegándole no sólo a los asalariados registrados sino aún más a los no registrados e informales. La inflación encuentra nuevos pisos y por ahora ningún ancla por delante con corrección del tipo de cambio oficial mayorista, corrección de tarifas de servicios públicos y sin perspectivas de resolución desde el plano fiscal y monetario en lo inmediato”.