Por cuarta vez en su historial, Talleres juega la Copa Libertadores. Y el primer paso fue ante el poderoso San Pablo, en un Kempes colmado por hinchas Albiazules, con el pecho lleno de orgullo, para un marco y un recibimiento que fue un espectáculo aparte.
Cuando el Matador pisó el campo las tribunas explotaron con “el viejo y glorioso Talleres”, y literalmente temblaron. Los fuegos artificiales se recortaron en la noche, ante el griterío ensordecedor de más de 50 mil personas.
Una enorme concurrencia, tendiendo en cuenta que Talleres jugará tres partidos en siete días en Córdoba. Empezó la seguidilla en la victoria sobre Vélez, siguió con el compromiso internacional frente al San Pablo, y este sábado recibirá a Independiente Rivadavia, a las 21.30.
Penúltima fecha de la Copa de la Liga, en la que Talleres es escolta en la Zona A y busca la clasificación a los cuartos de final. Con cuatro puntos de los seis que quedan se asegura un lugar en la pelea por el título.
