Rara Fortuna, un paraje cordobés sin agua potable: subsisten del pozo de una escuela y de las lluvias

Las familias del sector se abastecen del pozo de un colegio. Ruegan que las autoridades los escuchen y se inicien las obras correspondientes.

Paraje Rara Fortuna.
Paraje Rara Fortuna. Foto: Facebook

En el noroeste de Córdoba, a más de 220 kilómetros de la capital, se ubica el paraje Rara Fortuna. Una región que pertenece a la comuna Ciénaga del Coro, del departamento Minas. Allí, viven cinco familias que, desde hace años, ruegan acceder al agua potable.

Los vecinos llegan a este recurso básico a través de un pozo que se ubica en la escuela del sector. Por lo que, tomar agua potable o poder cocinar con ella se convierte en un “lujo” imposible de conseguir.

En diálogo con Vía Córdoba, vecinos del paraje, que prefieren mantener su anonimato, ahondaron en la situación que padecen y reclamaron la falta de acción de las autoridades.

CONSEGUIR AGUA SE CONVIERTE EN UNA “FORTUNA”

“Somos un paraje donde viven cinco familias concentradas y, más lejos, otras 60 personas”, detalla uno de los entrevistados y precisa que la principal problemática en la zona es el agua potable, ya que no tienen acceso domiciliario a ésta.

“Tenemos el pozo de la escuela con agua potable para consumo, es el que utilizan las familias cercanas”, precisaron y confesaron que deben movilizarse diariamente para acceder al recurso. “No podemos buscar agua en carretilla en pleno siglo XXI”, reclamaron y señalaron que, otra de las técnicas que deben adoptar, es la recolección de agua de lluvia.

Una de las entrevistadas señaló que, años atrás, un grupo del INTA hizo una perforación de 50 metros para intentar encontrar agua, pero no lo lograron y el proyecto se detuvo. Posteriormente, se limpiaron los históricos piques de las minas del sector, pero se detectó arsénico y se determinó que el recurso no era para consumo.

Paraje Rara Fortuna.
Paraje Rara Fortuna. Foto: Facebook

RARA FORTUNA Y SUS MESES SIN AGUA

El acceso al agua potable se complicó aún más en noviembre, diciembre, enero y parte de marzo del 2022, cuando el pozo de la escuela se infectó de ratas. “No tuvimos una solución concreta de la comuna”, manifestó.

En esa oportunidad, los cinco alumnos que asistían a la escuela recibieron agua de la comuna que trasladó el recurso por más de 20 kilómetros. Sin embargo, los vecinos no tuvieron la misma suerte y debieron rebuscársela para acceder al servicio.

“La gente compra bombas para sacar de los domicilios, porque acostumbran tener pozos”, especifica una vecina. Sin embargo, esta cuestión de escasez también ocurre cuando las precipitaciones no llegan y es, nuevamente, un problema para los habitantes de la zona.

Es por eso que los residentes piden que las autoridades resuelvan -de raíz- el faltante: haciendo obras que les permitan acceder al agua a través de la canilla, como en la mayoría de las localidades provinciales. “Queremos una solución. No queremos una bomba para animales, queremos que el agua potable sea para todos los parajes de la comuna”, pidieron.