La cordobesa Mariel Narbona, de 49 años, casada a los 29 con validez legal y después divorciada, tomó la decisión de volver a casarse. Y esta vez lo hará consigo misma. Este sábado lo celebrará en una reunión íntima.
“Unirse en matrimonio” con ella misma carece de valor legal y religioso, pero sí lo tiene en lo emocional. Una tendencia conocida en todo el mundo como sologamia. Según publicó el sitio Cba 24N Mariel lucirá un vestido sencillo en un salón decorado para un evento con 30 personas, en el barrio de zona sur donde vive, una torta de su gusto, un anillo y una canción para entrar.
Más allá de que el domingo son las elecciones Paso, la decisión de no festejar de otra manera pasa por lo espiritual. “No va a ser una fiesta careta, frívola, sino más con conexión y amor con la gente que quiero”, explicó.
MARIEL Y EL SENTIRSE BIEN CONSIGO MISMA PARA CASARSE
Trabaja como arquitecta y vive la experiencia como una “conquista” de su madurez. “Tiene que ver con un proceso personal en el que me siento bien conmigo misma, no me falta nada externo a mí, puedo decir: ‘así estoy bien’. Ya me casé encorsetada, no me arrepiento, ahora me caso conmigo”, explicó Mariel.
La mujer quiere pasar un grato momento con sus afectos. Caminará hasta el altar que se armará en el salón junto a la mirada atenta de Fer y Rochu, dos de sus amigas. En tanto Caro, otra de ellas, oficiará de jueza.
Nadie podría oponerse a un movimiento que impulsa a quererse a sí mismo y sentirse bien con la vida sin necesidad de una pareja. Parece una tendencia millennial, esa generación que no se puede relacionar bien con los demás porque está hiper conectada.
LA SOLOGAMIA, UNA TENDENCIA QUE SE VUELVE ATRAYENTE
La sologamia es una opción que empieza a ser atractiva para muchas mujeres y hombres que están marcando una posición: no necesitan una pareja, son felices así, con su amor propio. Luego vendrá la boda, el baile, las fotos, gran derroche vital de los sológamos.
Los seguidores de esta práctica conocida en los últimos años aseguran que su cultura reivindica que se puede estar bien en soledad. Abrazan la idea de ser seres ya completos, que no necesitamos del amor romántico.
“No me niego a los hombres. Nunca estoy sola. Todavía aspiro a encontrar un alma gemela, pero desde yo misma primero, quiero estar aceptada, amada, para después, si viene alguien, poder comprometerme”, cerró la cordobesa.
Con su exmarido tiene un hijo de 17 años y una excelente relación. Estuvieron casados cerca de 10 años y ahora él le diseña las tarjetas de invitación para su boda con ella misma.