Desde el jueves pasado, equipos de la Universidad Johns Hopkins, en conjunto con el Conicet y la Universidad Nacional de Mar del Plata, comenzaron a realizar una nueva ronda de observaciones en la ciudad de Córdoba para medir los excesos de velocidad y otros factores de riesgo vial.
La investigación se enmarca en la Iniciativa Bloomberg para la Seguridad Vial (BIGRS), y cuenta con el apoyo de la Municipalidad de Córdoba.

Las nuevas mediciones forman parte de la sexta ronda de observaciones de velocidad desde que se iniciaron estos estudios en 2023. No tienen fines de fiscalización ni de control: no se identifica ni a los vehículos ni a sus conductores. Son estudios netamente observacionales para analizar el comportamiento real de los usuarios en la vía pública.
LA VARIABLES QUE SERÁN ANALIZADAS
Los datos son recabados por estudiantes universitarios identificados con chalecos refractarios amarillos. Según explicó Fernando Martín Poó, investigador adjunto del Conicet y responsable del estudio en Córdoba, los observadores no se instalan en lugares visibles para no alterar el comportamiento natural de los conductores.

“Lo que pretendemos es observar el comportamiento sin alterar sus decisiones habituales, por ello es que se trata de pasar lo más desapercibidos posible”, explicó.
Entre las variables analizadas se registra la velocidad de circulación, el tipo de vehículo, las condiciones climáticas, el estado de la vía, así como el género y la edad estimada del conductor.
Diego Vargas, asesor regional de Datos de América Latina de Vital Strategies —organización que también forma parte de BIGRS—, aclaró que los sitios de observación seleccionados son estadísticamente representativos. “Esto permite ponderar los resultados al resto de la población. Es decir, los datos obtenidos son generalizados a la mayoría de los usuarios en Córdoba, brindándonos un panorama general de los factores de riesgo”, indicó.
LOS CONTROLES
Los operativos de control forman parte de las acciones complementarias impulsadas por la Municipalidad. El subsecretario de Movilidad Urbana, Eduardo Ramírez, explicó que los controles se implementan en puntos críticos de la ciudad definidos por criterios técnicos, especialmente en zonas con mayor mortalidad vial.

“Estas mediciones se realizan con el objetivo de modificar conductas y recordar a los conductores que deben respetar las velocidades máximas establecidas. Los controles están debidamente identificados y visibles para todos los ciudadanos”, remarcó Ramírez en diálogo con La Voz.
Desde la coordinación de BIGRS en Córdoba, Valeria Unzaga advirtió que aún no puede analizarse si se registra una baja o suba de infracciones tras la puesta en marcha de los controles de velocidad. “Los datos no son comparables por el corto período de tiempo. Hacer un análisis sobre baja o suba de controles e infractores es muy coyuntural”, aclaró.