El partido de básquet entre Platense e Instituto por la Liga de Desarrollo iba 44-34 para los locales en la mitad del tercer cuarto, cuando se suspendió por una falla técnica en el tablero de barrio Vicente López. Pero la noticia ocurrió luego de ese desperfecto.
Tras la suspensión del cotejo, Benjamín Almada, juvenil de 19 años de la Gloria, se dio un baño, pidió una computadora y rindió a distancia un examen de la facultad. El club de Alta Córdoba compartió su historia y las imágenes se hicieron virales en las redes.
“De jugar un partido de básquet a rendir un examen, sin escala ¡Muchas gracias Platense por prestarnos las instalaciones para que nuestro juvenil, Benjamín Almada, pueda desarrollar su examen!”, escribió Instituto en su cuenta de X.
Por su parte, El Calamar reposteó la publicación aseverando que fue “un placer” poner a disposición las instalaciones y le deseó éxitos a Benja. Uno de los usuarios pidió que “después cuenten cómo le fue” al estudiante, quien por suerte aprobó.
BENJAMIN ALMADA, EL JUVENIL DE INSTITUTO QUE SE HIZO VIRAL
En diálogo con Vía Córdoba, Benjamín detalló que está cursando su primer año en la carrera de relaciones internacionales y sacó 5 en su examen de introducción a la filosofía. “Sentí satisfacción porque estaba cansado después del partido y quería aprobar”, dijo.
El joven mide 1,83 centímetros, juega de base y se vino a la capital desde la ciudad de San Francisco con un bolso lleno de ilusión para intentar llegar al máximo nivel del deporte. Actualmente, vive con su padre en un departamento en el centro de Córdoba.
Benja reconoció que es complejo llevar el estudio y el deporte en simultáneo producto de los viajes, pero indicó que le va” bastante bien” e intenta “llevarlo lo más al día posible”. Si bien no se trata del primer caso, es un gran ejemplo para destacar en épocas donde jóvenes deben rendir finales o estudiar para materias que quedaron pendientes.
Por último, el nacido en San Francisco que disfruta volver a su hogar cada vez que puede para ver a toda su familia, dejó una sentida reflexión: “Con un poco de esfuerzo y ganas, todo se puede. Mis papás siempre me inculcaron que tenía que estudiar y me ayudan en todo lo que pueden para poder llevar bien las dos cosas”.
