Finalmente este martes se conoció la palabra de Luciano Pipino (24), el joven que fue baleado mientras atendía su panadería, durante un intento de asalto. El joven explicó las sensaciones que vivió ese día y también se quejó por la situación del delincuente quien había salido en libertad a pesar de que le faltaban tres años de condena por cumplir.
“Una chica me socorrió, llamé a mi hermano, a mi vieja que estaba en el río con unos amigos, la tuvieron que socorrer bomberos porque se puso muy mal. Mi hermano también, estaba viendo un partido de fútbol y se vino corriendo. Tenía la moto y se fue corriendo, paró a uno de Pedidos Ya y le pidió que lo traiga. También entró justo la policía. Me dolía todo: la panza, la espalda, las piernas se me empezaron a acalambrar y tuve bastante miedo”, relató el joven a Despertate!
A su vez, comentó que comerciantes de la zona aseguraron que ya habían visto al delincuente en otros locales. “Pensé que era un cliente que ya había ido a comprar. El negocio del lado lo había visto preguntando precios de cervezas y lo vio sospechoso. Me sorprendió el hecho de una persona tan grande robando”, indicó.
Y contó el momento en que se produjo el robo: “Él me pide facturas, agarro la bolsa, cuando voy a sacar la bolsa, al ver las facturas veo el arma. Intenté calmarlo, se lo veía muy nervioso y no es bueno eso, no terminó siendo bueno eso. Ahí pone el arma y dispara y putea y ahí me caigo al suelo y también insulté, como que no entendía por qué tan rápido. Quería ver a qué punto llegaba todo. Por ahí al ser grande pensé que podía darle la plata y no todos los celulares, la computadora, pero no terminó llevándose nada”.
Por otra parte, el joven también brindó detalles de cuando se enteró que habían logrado detener al delincuente que le disparó: “Él se había teñido el pelo de negro y se fue a otro barrio. Se armó un operativo para encontrarlo. Él era de una zona de acá a unas 20 cuadras y al saber que lo andaban buscando se tiñó y se fue a otro barrio. Estaba caminando como si nada y dicen que cuando vio los móviles salió corriendo”.
“A mí me contaron y me puse muy alegre. Me enteraba muchas cosas como que le faltaban tres años y salió por buena conducta. No sé dónde está la buena conducta si casi termina con otra vida”, se preguntó.
Y reflexionó: “Espero que en este caso como en miles que van a suceder que se manejen bien, uno piensa que porque hace un laburo en una cárcel...salen y vuelven a hacer lo mismo. Los he visto a mis viejos y son situaciones desgarradoras y no me gustaría que a nadie le pase”.
Por último, contó que la panadería volvió a abrir sus puertas, pero con cambios. “Abrimos al público hace dos días, pero con rejas. Atendemos por ahí, no entran más, estamos con miedo. Mi hermano va con miedo. Él estuvo un rato conmigo y se fue al negocio por miedo”.