Ya no sólo caminar en la calle con el celular en la mano es peligroso: también lo es subirse a un colectivo, donde se "supone" que, al ser un espacio cerrado, debería ser menos inseguro.
Lo sufrió en carne propia Cinthia, una cordobesa a quien la semana pasada, mientras circulaba en un colectivo 66 de Coniferal, le arrebataron el celular con un ardid.
Por suerte, ella se dio cuenta: bajó del colectivo gritando, encaró a los acusados y alertó a una policía que pasaba por ese sector, en Güemes. Los sospechosos fueron arrestados y Cinthia radicó la denuncia correspondiente.
Un momento tenso se vivió previo al arresto, cuando los pasajeros insultaron a los detenidos y uno de ellos "encaró" a un pasajero, amenazándolo.
Así lo cuenta Cinthia:
"Esto ocurrió hace una semana y media al bajar del colectivo 66 en Cañada esquina Laprida. Un hombre me empuja como si fuera un accidente y otro baja al lado mio hablándome. Entonces me di cuenta de que me robaron el teléfono de la mochila, miré rápidamente al hombre que bajó a mi lado cruzar la calle mientras se guardaba mi teléfono en su bolsillo.
"Ahí fue donde corrí a él y pidiendo ayuda a gritos lo tenía agarrado, como deteniéndolo, a esto una mujer policía estaba cerca y llamó refuerzos mientras tanto las personas del colectivo fueron testigos de todo y se quedaron en el lugar hasta que la Policía los arrestó. Uno de los hombres empezó a alterarse por los insultos de las personas.
"Realicé la denuncia con una testigo del colectivo que también estuvo a punto de ser robada por el mismo hombre que se le iba acercando cada vez más... Los dos hombres todavía siguen detenidos y tienen muchas causas, pero seguramente más temprano que tarde van a salir a robar en los colectivos de nuevo. Se dice que también lo hacen con dos mujeres, una que lleva un guardapolvo como de Medicina.
"Los policías saben quiénes son, pero se quejan de que ellos los detienen y los vuelven a liberar siempre porque las personas no denuncian".