El muchacho que murió baleado en un control policial en Villa Carlos Paz, sufrió una “hemorragia intratoráxica” producida por una sola bala, sostiene el informe de la autopsia, lo que complica la situación del uniformado detenido por el hecho.
El proyectil le atravesó el cuerpo y el muchacho murió camino al Hospital Sayago de la villa serrana.
Fuentes judicial señalaron que aún no están descriptos otros detalles, entre ellos si el disparo fue a “quemarropa”. Sí que se trató de un balazo policial.
Franco Amaya (18) murió la semana pasada en Villa Carlos Paz, cuando en un control policial en la vía pública, la moto en que viajaba con un amigo no frenó en tiempo y forma y un agente les disparó.
El amigo que resultó ileso declaró que la moto tenía dificultades para frenar y que el policía les disparó a muy corta distancia.
Los resultados, que ya están en manos de la Justicia, agravan la situación del agente Rodrigo Belardo Bustos (25), acusado de cometer un asesinato mediante el llamado “gatillo fácil”.
El policía se encuentra preso en Bouwer por el supuesto delito de “homicidio calificado”, que contempla la prisión perpetua.
Por ahora, se presentó ante la fiscal Jorgelina Gómez, de Carlos Paz, pero no declaró en el marco de la indagatoria.
El policía acusado adujo que escuchó “un estampido” y por eso disparó, pero la fiscal Gómez confirmó luego que Amaya no tenía armas.
El otro policía que estaba en el control, José Ezequiel Villagra, fue imputado por “incumplimiento de los deberes de funcionario público” y está en libertad. Sobre él pesa la sospecha de que no asistió correctamente al joven tras ser baleado.