A Juan Maggi la poliomielitis lo llevó a ser una persona con discapacidad. A Gustavo Zerbino una tragedia aérea le transformó la vida. Para ambos, el cruce de la Cordillera de los Andes es un nuevo desafío.
En enero de 2017, el deportista paralímpico cordobés participó de una travesía a la Quebrada de las Lágrimas, el lugar donde se estrelló el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya en 1972. La Tragedia de los Andes los convocó y juntos decidieron encarar una nueva aventura: el cruce de la mayor cadena montañosa de América del Sur, a caballo.
Junto a un grupo de personas partieron el 3 de enero. Ésta sería la primera ocasión en la que una persona con discapacidad realizaría la travesía. Y Juan fue, una vez más, por el desafío de cruzar los límites, sus propios límites.
El lunes 8 de enero, la expedición llegó a Maitenes, el lugar donde fueron rescatados los 16 sobrevivientes de la tragedia aérea de los Andes. Allí dejaron una placa conmemorativa, motivación fundamental del cruce, e hicieron flamear las banderas de Argentina, Uruguay y Chile.
En el recorrido también hubo tiempo para visitar a don Sergio Catalán, el arriero que dio aviso a los Carabineros chilenos de la aparición de los sobrevivientes de la tragedia, y su familia.
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