Por Gabriela Martín.
A pocos días de finalizar el 2017, en Córdoba se registraron 1864 picaduras de alacrán y 198 afectados debieron recibir tratamiento con anti-veneno. Para que todas las personas puedan recibir este tipo de procedimiento es necesario atrapar al animal y enviarlo a la entidad que se ocupa de elaborar este antídoto.
La provincia de Córdoba es la gran abastecedora de la materia prima (los escorpiones) con la que se prepara el anti-veneno en el Instituto Nacional doctor Carlos Malbrán. Ese antídoto luego es distribuido a todas las provincias.
En lo que va del 2017, desde el Área de Epidemiología de la provincia, se han enviado alrededor de 1800 escorpiones. Los alacranes son, en su mayoría, provistos por los mismos vecinos, quienes llevan a los animales ponzoñosos a los distintos puntos habilitados para su recepción.
Los escorpiones son enviados al Instituto Malbrán vivos; ésta es la mejor manera para obtener el veneno que luego es utilizado para elaborar el antídoto.
De todos modos, los especialistas remarcan que nunca debe ponerse en riesgo la salud por intentar atrapar a uno de estos animales. Es importante atraparlos para poder generar el anti-veneno, pero siempre debe ser sin exponerse a un riesgo mayor.
“El consejo principal es no exponerse innecesariamente; si aparece un alacrán y tenemos temor o estamos en riesgo de ser picados, hay que matarlo. El procedimiento de captura debe ser hecho por un adulto, con seguridad y cautela”, explica Laura López, médica veterinaria, integrante del programa de Zoonosis del Ministerio de Salud de la provincia de Córdoba.
El número de picaduras, estable.
En 2016 se registraron 2013 picaduras (191 requirieron tratamiento con antídoto) y en 2017 (hasta el 27 de diciembre) son 1864 (198 recibieron tratamiento). Las cifras abarcan a todas las edades.
