Una nueva investigación llevada a cabo en nuestra provincia, por parte de un equipo de médicos y biólogos de la Universidad Nacional de Córdoba y del Conicet, aportó resultados sorprendentes respecto de un tema preocupante a nivel mundial, la obesidad, el sobrepeso y las consecuencias que tiene eso en la salud de las personas.
De acuerdo con lo publicado este jueves por el portal de la UNC, Unciencia, una alimentación rica en grasas por parte de los progenitores afecta directamente la salud y el peso corporal de sus descendientes.
Estos científicos estudian cómo influye el consumo crónico de una dieta rica en grasas tanto en roedores adultos como en sus crías, y cuáles son sus consecuencias a nivel de peso corporal y fisiología reproductiva.
Los resultados demuestran que una alimentación hipergrasa afecta negativa y directamente la salud de los descendientes, más aún que la de los propios progenitores.
Tras pruebas y experimentos realizados con roedores, encontraron que los hijos cuyos padres consumieron durante su vida adulta “comida chatarra”, aumentan de peso rápidamente hasta alcanzar niveles elevados, incluso sin haber ingerido nunca comida de este tipo.
También observaron efectos sobre el desarrollo reproductivo: adelanto de la pubertad en las hembras, y disminución de la concentración espermática en el caso de los machos.
Los investigadores arribaron a estas conclusiones luego de administrar una dieta con un alto contenido de grasas (24%) a un grupo de ratones de ambos sexos, y comparar los efectos con otro grupo control, al que se le suministró una dieta balanceada, con valores lipídicos normales (6%).
“Observamos que tanto los machos como hembras adultos alimentados con dieta hipergrasa aumentaron de peso, pero no llegaron a desarrollar obesidad. Sus hijos, en cambio, sufren los efectos más negativos después”, explica Laura Vincenti, doctora en Ciencias Biológicas y directora del grupo de investigación que lleva adelante el proyecto.
La especialista subraya que ese incremento de peso en los hijos se produce incluso cuando estos nunca consumieron directamente comida rica en grasas.
Mirá también: Indignación en redes por el llanto de un niño en una pelea entre mujeres
Las pruebas in vivo indican que la diferencia de peso entre ambos grupos (control y problema) oscila entre el 10% y el 15%, y que ese aumento puede registrarse tanto en el momento de nacimiento de las crías, como al llegar a la pubertad (entre el día 21 y 35 de vida), etapa en la que comienzan a ganar peso fuertemente y se despegan de la línea de crecimiento de los controles, manteniéndose así hasta llegar a la adultez (día 60), cuando ambos grupos se equiparan.
La investigación también hace hincapié en el impacto que esto tiene en el nivel reproductivo y en otros aspectos de la salud de las personas.
Para ver el artículo completo, y los datos de la investigación, hacé clic acá.