Natalia Lazzarini.
Aunque no lo veamos, siempre está. No estamos hablando del sol, sino del mosquito aedes aegypti. Una temporada que se pronostica lluviosa y un aumento de larvas en los domicilios hacen suponer una nueva invasión del vector del dengue, chikunguña y zika. Por eso, Provincia y Municipio ya comenzaron con sus operativos de prevención, aunque alertan que a los vecinos todavía les cuesta pasar a la acción.
"Registramos altísimos índices de viviendas infestadas con el mosquito, en la primera mitad de año.Estimamos similares porcentajes en la próxima temporada, ya que todo parece indicar que tendremos mucha lluvia y calor", indicó Laura López, responsable de Zoonosis del Área de Epidemiología del Ministerio de Salud provincial.
El índice de vivienda (IV) –calculado por el monitoreo aédico– registró un valor récord en febrero de este año: los brigadistas encontraron larvas en el 36,5 por ciento de los domicilios. Fue el valor más alto desde 2009, cuando se comenzó a relevar, superando el cinco por ciento establecido como "alto riesgo" por la Organización Mundial de la Salud.
El sudeste de la ciudad de Córdoba fue el sector con mayor índice de larvas por vivienda (44,2 por ciento), seguido por el noreste, con el 43,3 por ciento. Al vector del dengue, se lo encontró más en baldes, macetas con agua, tarros y neumáticos.
"Algo está fallando con la gente –reconoce Walter Almirón, investigador del Centro de Investigaciones Entomológicas de la Universidad Nacional de Córdoba–. Creo que en el fondo, los vecinos siguen esperando que alguien vaya a sus casas y haga las tareas que a ellos corresponde".
Y hablando de entrar a la casa, apenas el 40 por ciento de los brigadistas logró ingresar, cuando intentaban bloquear un brote ante la aparición de casos sospechosos. Solo 12.512 viviendas (sobre un total de 32.280) abrieron sus puertas durante los 36 operativos de bloqueo de la temporada pasada.
Por suerte, semejante explosión de mosquitos no repercutió en un brote. Córdoba notificó 526 casos sospechosos en la temporada pasada (desde octubre del 2016 a abril de 2017). De ellos, dos se confirmaron para chikunguña –con antecedente de viaje a Brasil–, cuatro para zika –importados de Playa del Carmen, Miami y Punta Cana– y cuatro de dengue –tres importados y uno autóctono en barrio Primero de Mayo–.
La situación de América Latina nos dio un respiro, porque no se registró allí una explosión de casos. Algunos epidemiólogos hablan del "efecto rebaño", que se da cuando el virus afecta a dos terceras partes de la población. En zonas endémicas de México a Brasil, la gente comenzó a generar anticuerpos y se defendió mejor, registrándose menos casos. Lo que sí se reportó, aunque no fue a tiempo, fue un brote de zika en Tucumán, Chaco y Formosa.
¿Está garantizado el brote con semejante población de mosquitos? Para López, todo depende. Córdoba no es endémica para dengue, así que dependerá del ingreso y fuerza del virus a la provincia: "En biología, esto no es algo que se pueda predecir. Nos preparamos para el escenario más complicado".