Por Laura Giubergia
En pequeñas capacitaciones de 30 minutos, instructores de todo el país brindaron a la comunidad las técnicas básicas para hacer reanimación cardiopulmonar (RCP): una serie de maniobras con las cuales se puede salvar la vida de una persona que está en paro cardiorrespiratorio.
La megajornada de RCP se realizó el miércoles, en el Centro Cívico de la ciudad de Córdoba, organizada por la Sociedad Argentina de Pediatría y el Ministerio de Educación, en el marco del 38° Congreso de Pediatría.
"Primero, hay que diagnosticar que la persona está en paro, estimulándola y corroborando que no responde y que no respira", explicó durante una simulación la médica pediatra Ivana Schroeder. Luego, es importante encargarle a alguna persona que esté cerca que llame a un servicio de emergencias, como el 107, y que pida si hay un Desfibrilador Externo Automático (DEA) a disposición. Hecho eso, se comienza con las maniobras.
Los masajes cardíacos se realizan con el talón de la mano en la parte inferior del esternón con una frecuencia aproximada de 100 compresiones por minuto, en secuencias de 30 compresiones, alternadas con 2 respiraciones boca a boca. Las compresiones deben ser firmes.
En caso de tener que reanimar a un niño de menos de un año, la compresión se hace con dos dedos, en secuencias similares de 30 compresiones por dos respiraciones. Si el niño tiene más de un año y su tórax es pequeño, la compresión se hace con una sola mano.
Las secuencias de RCP se repiten hasta que la persona reanimada pueda respirar por sus propios medios, o bien hasta que llegue el servicio de emergencias.
Agotados. La médica pediatra Silvia Sáenz destacó el interés que generó la megajornada gratuita de RCP: "En el marco del Congreso, decidimos hacer algo gratuito y abierto a la comunidad, que pueda ser de gran utilidad en una situación de emergencia como es la reanimación. Los cupos se agotaron rapidísimo, así que nos comprometemos a organizar más capacitaciones abiertas".
“Por cada minuto que no llega sangre al cerebro, se pierde un 10% de posibilidades de salvar la vida de la persona que está en paro cardiorrespiratorio. De ahí la importancia de que la comunidad sepa cómo reanimar a la persona y cubrir con maniobras el tiempo que tarda en llegar una ambulancia”, destacó Sáenz.
En las escuelas. Carlos Paz, subdirector de Promoción Social y de la Salud, valoró las capacitaciones abiertas, y consideró que vienen a reforzar el trabajo que realiza el Ministerio de Educación enseñando RCP en las escuelas. "Desde 2015 hasta ahora, hemos capacitado a 135 mil alumnos de escuelas y a muchos docentes. Cuando vamos al interior, lo hacemos también abierto a otras organizaciones e instituciones", detalló.
“Tenemos estilos de vida que nos hacen ser cada vez más propensos a la muerte súbita, por el estrés, las horas de pantalla, el sedentarismo, la mala alimentación y malos hábitos, como fumar. La RCP es una técnica de fácil apropiación que puede salvarle la vida a cualquiera de nosotros”, contó Paz.
La gran mayoría del cupo de la mañana estuvo destinado a alumnos de 5to y 6to año de escuelas provinciales. "Lo que buscamos en las escuelas es trabajar, primero, en los factores de prevención para la incorporación temprana de hábitos saludables", concluyó.
Desfibrilador Externo Automático (DEA). Saber cómo usar un desfibrilador externo automático (DEA) fue parte de la capacitación. El dispositivo –muchas veces disponible en clubes u otras instituciones- es un aparato computarizado que se conecta a la persona que está en paro cardíaco mediante parches adhesivos con electrodos que se aplican en el pecho.
"Siempre sirve"
“Yo creo que es un aprendizaje que nos puede servir en cualquier ámbito. Nunca me tocó tener que asistir a alguien, pero sí he visto cómo reanimaban a una persona”, contó Ángela, alumna del Ipem 249 Nicolás Copérnico, al salir de la capacitación.
A Julieta la tranquiliza pensar que tiene herramientas por si alguna vez se encuentra en una situación grave. “Nunca lo hice, y aunque practiqué hoy, creo que estaría nerviosa”, dijo.
Fabricio y Agustín también se retiraban muy conformes. “Nos salió bastante bien, yo –apuntó Fabricio- estaba haciéndolo con los codos doblados, y me explicaron que tenía que estirarlos para hacer bien la fuerza de la compresión”.
