Hoy en día es más frecuente ver personas que deciden vivir solas, sin pareja y sin hijos. Esta preferencia se da sobre todo en las grandes ciudades, donde el número de hogares formados por una sola persona va aumentando con el paso de los años.
Según datos del último Censo realizado en Argentina, el porcentaje de hogares unipersonales sobre el total de hogares creció entre 2001 y 2010 (15 por ciento contra 17,7 por ciento). Según esas estadísticas, en valores absolutos, hay 2.156.771 lugares en todo el país donde vive una sola persona.
Si bien existen diversas causas para optar por este estilo de vida (improvisar planes, mayor intimidad, aprendizaje interno), lo cierto es que formar pareja o tener hijos ya no supone un mandato que hay que cumplir al pie de la letra.
Algunos especialistas prefieren, incluso, explicar la situación en una tendencia de las personas a descubrir su propia libertad, sin estar atados a compromisos.
Por su parte, quienes escogen una vida solitaria, están convencidos de lo que hacen. Sin volverse rebeldes sin causa, miran de lejos los preceptos que la sociedad tantos siglos quiso imponer.
BIENESTAR
En definitiva, de lo que se trata es de buscar el bienestar individual. Lejos de lo que se puede llegar a creer, optar por este estilo de vida dista mucho de querer vivir aislado del mundo o convertirse en una persona solitaria.
En ese punto, Damián Cardoso, integrante de la Asociación Argentina de Counselors, insiste en que primero hay que desmitificar la palabra soledad. "Hay que quitarle las connotaciones negativas que puede tener. Estar en soledad no es igual a estar apartado del mundo, de las personas. No es ser un ermitaño, sin relaciones afectivas", explica el especialista.
El counseling también aclara que no necesariamente la soledad está relacionarla con la depresión. "Elegir estar solo puede ser también un camino, una elección y una alternativa para el encuentro con uno mismo, el contacto con esa parte nuestra que no logramos descubrir o el desarrollo de aspectos personales que queremos mejorar", agrega.
Por eso, Cardoso subraya que es mejor hablar de cohabitar en lugar de vivir solos, porque de esa manera se puede diferenciar un estilo de vida que no está marcado por la soledad sino por una decisión y una búsqueda propia.
“Las personas pueden optar por dedicarse a sí mismas, a desarrollarse profesionalmente, a tener viajes de negocios o de placer, incluso dedicarle horas extras al trabajo. Todo eso sin tener que pensar en que, si hacen eso, podrían descuidar sus relaciones afectivas”, concluye el especialista.
SIN RIVALIDAD
» No se trata de generar la dicotomía soledad versus vida de relación.
» Es importante remarcar la validez de la elección de vivir solos en determinados momentos de la vida.
» Solos no es igual a alejados del mundo, sino más bien habitando el mundo solos.
Tendencia
* El fenómeno del aumento de hogares unipersonales se expande por diferentes países.
* En 15 años, surgieron 124 millones de nuevos hogares unipersonales en el mundo.
* Estocolmo, en Suecia, es la ciudad del mundo con más hogares para uno solo.
* En Argentina, más de dos millones de personas viven solas.