Prestados de otras culturas, nacidos de los pueblos originarios, germinados en laboratorios. Sea cual sea su origen, muchos alimentos se vuelven furor y el fanatismo por su consumo es el mismo poder que los convierte en estrella y los sepulta bajo tierra.
Pasó con la palta, el té verde, la quínoa, la chía y la rúcula, por caso. Se volvieron un boom y casi una manzana del Edén, de la cual el pecado es no probar. Ahora es el kale el que desde hace tres años genera ese fanatismo y disputa su lugar en el reino de los súper alimentos.
Se trata de una verdura de la familia de las crucíferas (brócoli, coliflor, repollitos de Bruselas) originaria de Asia. Su nombre científico es brassica oleracea y tiene muchas propiedades y beneficios para la salud y muy pocas calorías. Es una hortaliza de hojas crujientes y fibrosas de sabor amargo, muy versátil. Se puede consumir cocida, cruda, en jugos, ensaladas, con fideos, guisos tartas o en sándwich.
Impulsado por los chef más reconocidos de Argentina, que lo convirtieron en el as bajo su manga, y respaldado en la producción local, que motoriza la oferta y la demanda, el kale suma cada vez más adeptos.
En las verdulerías aún es una figurita difícil, pero en las ferias agroecológicas, locales gourmet y mercados chinos es fácil de conseguir. Incluso, en las huertas urbanas se produce de manera muy sencilla. De hecho, el ProHuerta, del Inta, está fomentando también el cultivo del kale dentro de su reconocido programa.
Mucho a favor
• Rico en fibras, ácido fólico, minerales (magnesio, calcio, hierro, potasio) y vitaminas (A, C y K).
• Alto contenido de hierro, potasio, calcio y betacarotenos.
• Tiene más proteínas que hidratos de carbono.
• Protege contra el cáncer de próstata y colon.
• Tiene capacidades antiinflamatorias.
• Calma la congestión pulmonar.
• Protector gástrico.
• Favorece el sistema inmunológico.
• Previene la artritis y enfermedades cardíacas.
• Ayuda a proteger la vista.
• Alta actividad antioxidante.
• Una porción tiene apenas 33 calorías.
• Es ideal para hacer jugos, por sus abundantes nutrientes.
• Se puede agregar en pedacitos a una sopa de fideos.
• Reemplaza a la lechuga o la rúcula en un buen sándwich de jamón y queso.
• Kale grillado con cebolla caramelizada y queso derretido, entre panes integrales, combina muy bien.
• Una opción fría, en ensalada con trozos de pollo y vinagreta de partes iguales de aceite y caldo de pollo con una yema de huevo.
Producción casera
• Se puede cultivar en cualquier tipo de recipiente.
• Es un cultivo muy noble.
• Es útil para la agricultura familiar.
• No produce ninguna flor ni pimpollo.
• Apenas se desarrollan las hojas, se cortan desde abajo y se consumen.
• Es una planta bianual, dependiendo del clima de la zona donde se plante.
• Lo ideal es iniciar el cultivo desde las semillas y no desde un plantín.
• Se pueden producir las propias semillas.
• Es susceptible al pulgón pero se puede tratar con alcohol de ajo.
• Existen tres variedades de kale: berza, morada y lacinato. Tienen diferentes texturas, color y apariencia pero el mismo sabor.