El avance de la cosecha de maíz en la provincia de Córdoba se sitúa en torno a 63 por ciento, superior al año pasado cuando la zafra se demoró por las inundaciones, pero por debajo de los años "normales", en los que la recolección del cereal ya habría terminado, consignó la Bolsa de Cereales local.
El retraso se generó en algunas pérdidas debido a volcaduras, producto del añejamiento de la planta en pie, vientos fuertes y/o características particulares del híbrido utilizado, que provocan una merma de rendimiento de entre 1,5 y 2 quintales por hectárea, según el informe del Departamento de Información Agroeconómica.
El reporte de la entidad bursátil indicó que "estos kilos perdidos o no cuantificables para la producción provocan una variación en los rendimientos estimados a nivel provincial, de 85 quintales a 82,2 quintales, y obligan a acelerar las tareas de trilla, aun cuando el cultivo presenta humedades de entre 16 y 17 por ciento, lo cual podría alterar la calidad del grano posteriormente como así también dificultar su almacenamiento".
Con este panorama, los rindes promedios actuales están por encima de los de los últimos dos ciclos y la producción se ubicaría en torno a 13 millones de toneladas, 28 por ciento por encima de la campaña 2015/16.
Otro reporte de la Bolsa de Cereales reseño que, en las últimas semanas de cosecha del cereal, los márgenes brutos caen 65 por ciento respecto a los del año pasado "como consecuencia principalmente de la caída en el precio y el aumento de los gastos de comercialización". "En campo arrendado, el margen bruto es prácticamente nulo; a nivel departamental, Marcos Juárez y Unión presentan los mejores resultados principalmente por los elevados rendimientos que obtuvieron", resumió el informe.
En tanto, el margen neto -que considera los gastos de estructura- se redujo más aún, 80 por ciento; y como el rendimiento de indiferencia subió 22 quintales por hectárea, quien haya obtenido menos de 64 quintales habría incurrido en resultado negativo.
"En campo arrendado, si bien el valor del arrendamiento se mantuvo estable (9,4 quintales de soja promedio por hectárea) y el resultado es positivo, se observa un gran deterioro respecto a 2015/16", concluyó el informe.