Mauricio Macri visitó este miércoles al mediodía la pollería de Luis Almada, el cordobés que se volvió viral luego de subir un video a Facebook en el día del trabajador, en el que le pedía al presidente mejorar la situación de nuestro país.
El mandatario nacional sorprendió al cordobés con una llamada telefónica el 10 de mayo, en la que prometió visitarlo la próxima vez que viniera a la ciudad. Como lo prometido es deuda, este mediodía Macri fue a almorzar con Luis Almada y su familia.
En 2014, Día a Día entrevistó a este cordobés solidario que lleva adelante la ONG "Yo Te Ayudo", un proyecto a través del cual le dan de comer a personas que lo necesitan. No te pierdas la nota de nuestro periodista Fabricio Esperanza.
"Dios aprieta, pero no ahorca". Cuando las cosas se complican, esa frase es pronunciada infinidad de veces por aquellos que gozan del privilegio de la fe. Y cuando todo marcha sobre rieles o va más o menos bien, quienes además de fe tienen el don de la solidaridad, sienten en el corazón la necesidad urgente de agradecer brindándose a los demás. De todas estas cuestiones puede hablar, con conocimiento de causa, Luis Almada.
En avenida Alem casi esquina Capdevila, en un local alquilado que nadie quería, funciona el parripollo de su propiedad, negocio con el que mantiene a su familia conformada por su mujer Cecilia y sus siete hijas. Ahí llegó después de años de pelearla, de días y de noches en que tuvo que cortar el césped, cirujear, trabajar de cocinero y probar con un par de pizzerías de barrio.
Conocedor en ese asunto de remar por mares bravos, cuando la vida le dio una oportunidad lo primero que hizo fue pensar en el otro, en aquel que la está pasando mal ahora, aquí, entre nosotros. "No fue fácil. Vendía poco y llegué a estar seis meses endeudado. Hasta que un día hice la promesa de ayudar si salía de esa situación. A la mañana siguiente tiré a las brasas 15 pollos y los vendí a todos, y a la noche igual. Así fue también al otro día, y los que vinieron. Por eso digo que este negocio es del 'Barba' y yo se lo administro nomás", dice Luis con una sonrisa diáfana, rodeado por las ocho mujeres de su vida y parte de los voluntarios que junto a él llevan adelante la tarea solidaria de Yo te ayudo, la ONG que le brinda un plato caliente dos días a la semana a gente que vive en la calle.
–¿Cómo es tu historia familiar?
–Somos de Alicia, y cuando a mi padre le fue mal vendimos todo y nos vinimos a Córdoba. En el 85 él fallece, y desde ahí mi hermano Fabián, que es discapacitado, nos mantuvo vendiendo bolsitas de residuos por las sierras. Con mi madre, fueron los que nos sacaron adelante. Conocí a mi mujer estudiando Ciencias Químicas, pero un día ella queda embarazada y yo pierdo el trabajo. Al poco tiempo la plata se acabó y al no conseguir nada, con esposa y una hija chiquita, agarré la máquina de cortar el pasto, un rastrillo, las herramientitas y salí a la calle. Me acuerdo que el primer día me lloré todo, no entendía por qué tenía que pasar por eso.
–¿Cómo llegaste hasta aquí?
–Primero laburé a pata, después conseguí un carrito, después otra clienta me hizo el trueque con una moto. Un día pasé por el frente de Armando del Río y me animé a ofrecerme para cortar el césped de la empresa, y puede decirse que ese fue un punto de partida porque me dieron trabajo en la cocina de la firma. También probé con dos pizzerías. Hasta que allá por 2005 pasé con la moto por esta esquina, maldiciendo porque quería comprar un pollo a las brasas y no encontraba un solo lugar abierto. Al ver el cartel que decía "se alquila", me dije: "¿Y por qué no lo intento yo?".
Yo te ayudo. Antes de dar de comer a gente en situación de calle, Luis y su familia apadrinaron a la escuelita rural Alfonsina Storni, en plena Pampa de Olaen. "Pero con mi familia igual nos quedábamos con sabor a poco. Hasta que para el festejo de un cumpleaños en casa me fui a buscar hamburguesas a un local en el centro, y al salir me encontré con un grupo de gente que le servía cucharones de comida a una fila de gente en la calle. Fue como un clic: ahí estaba yo con mis 40 hamburguesas y un montón de plata derrochada, y esas personas haciendo cola para comer".
–¿Ahí nace Yo te ayudo?
–Primero me sumé a ellos, pero sólo daban de comer martes y jueves. Entonces después de un tiempo decidimos con mi mujer y mis hijas cubrir los demás días. Empezamos a llevar comida los lunes y miércoles frente a la iglesia de La Merced. Le pusimos con mi familia ese nombre a lo que hacemos, como una forma de decirle a la gente que nosotros vamos a estar ahí. Cocinamos todo acá en el local, en dos ollas grandes, pasamos todo a conservadoras y las cargamos en la camioneta para llevarlas.
–¿Cómo terminaron al frente de la Catedral?
–Una noche dos inspectores municipales se acercaron con la orden "de arriba" a decirnos que no podíamos seguir entregando comida porque "dábamos mal aspecto". Llegué a casa muy enojado, pero finalmente me convencí que teníamos que mostrarnos más todavía. Y así fuimos a la Catedral en octubre de 2012. Las primeras noches venían 40, 50 personas, y últimamente hemos llegado a servirle a más de 250. Nosotros sólo somos una familia que quiere ayudar, no tenemos personería jurídica, no manejamos dinero y nunca vamos a hacerlo.
Cuando Luis habla de familia, por supuesto que se refiere a su mujer y sus hijas, pero por la felicidad que le brota cuando tiene que hablar de los voluntarios que se acercaron a colaborar, varios de los cuales estuvieron durante la entrevista, queda claro que entre todos integran otra familia, más numerosa, igual de solidaria.
–¿Cómo llegan a formar este grupo?
–Terminado 2012, al año siguiente volvimos porque esto lo hacemos de marzo a diciembre. Y yo no podía entender por qué no se nos sumaba nadie. Pero una tarde se arrimó Héctor Emanuele de Canal 8 y nos hizo una nota, y a través de eso nos llamaron también de Radio María. Y fue muy hermoso vivenciar cómo todos estos lindos voluntarios que ves acá comenzaron a acercarse para ayudar de corazón y de forma desinteresada. Contando a los jóvenes somos casi 100, pero como rotamos seremos 40 personas cada noche. Hay de todo: profesionales, estudiantes, gerentes, se nos sumaron maestras de Villa El Libertador, hermanitas de la iglesia de las Mercedarias, un grupo que trabaja con chicos con adicciones y tienen excedente de pan que nos lo donan, mucha gente. Y colaboran con comida, tablones, vajilla o simplemente con sus brazos y sus manos. Hasta el año pasado íbamos tres veces a la semana, pero ahora las cosas valen el doble o el triple, así que estamos los lunes y los miércoles, cerca de las ocho.
–¿Qué resaltarías de todo este proceso?
–Que acá viene gente que ajusta su tiempo y sus responsabilidades para colaborar. Y todo lo que hemos conseguido, lo logramos sin quemar gomas, sin romper ningún vidrio, sin hacer pintadas y sin decir ninguna mala palabra. Siempre pidiendo por favor.
Perfil
Luis nació el 15 de junio de 1973, en Alicia. Está casado con Cecilia, también de 41 años. Tiene siete hijas, la más grande de 19 y la más chica de 4. Su negocio se llama El Establo, y vende pollo a las brasas.